La titular del Juzgado de lo Penal número uno condenó ayer a
tres años y dos meses de prisión y una multa de 22.954 euros
a uno de los ocupantes de un turismo que interceptaron con
más de 16 kilos de droga, es decir, por cometer un delito
contra la salud pública, recogido en los artículos 368 y 369
del Código Penal.
Para el otro pasajero, la jueza decretó la absolución ya que
el condenado confesó que su acompañante, que además era su
hermano, no sabía nada del hachís intervenido, por lo que
quedó puesto en libertad durante la jornada de ayer.
Los hechos se produjeron el 28 de agosto, a las doce y
cuarto de la mañana, en la zona de preembarque de vehículos
de la Estación Marítima cuando los agentes de la Guardia
Civil encargados de dicha función detuvieron a los dos
imputados después de que el can detectase la droga.
Durante su intervención, el condenado confesó que había
cargado la droga en Ceuta y que su intención era desplazarla
hasta la península para luego distribuirla y venderla.
“Tenía que saldar varias trampas y como no tengo trabajo
pensé en hacer este trabajo. Mi hermano no sabía nada ya que
sólo le comenté que me acompañase para hacer un trabajo que
no tenía nada que ver con esto”, declaró el imputado en el
juicio.
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