En los últimos días asistimos
expectantes a la ofensiva mediática tanto, desde los grupos
políticos de la oposición como, desde algún medio de
comunicación local en relación a ciertas carencias
detectadas en el suministro de agua potable. Cascadas de
acusaciones y peticiones reiteradas de ceses indiscriminadas
contra quienes han servido con honradez y entrega
profesional y política durante los últimos años.
Quizás, es momento de recordar como, hasta 1998 el
suministro de agua potable se realizaba a través de las
aportaciones provenientes de los manantiales de Beliunes, de
las captaciones del Arroyo de las Bombas, ambas procedentes
del país vecino y de las aportaciones naturales recogidas en
los embalses del Infierno y del Renegado, suministrando una
cantidad insuficiente, que tan solo permitía un suministro
restringido diario de 7:00 a 13:00 horas. Para completar
dicho suministro fue necesario, durante 30 años, la
contratación de un buque aljibe para el transporte de agua
desde Algeciras.
Circunstancia, concluida en 1998 con la finalización de la
construcción de la desalinizadora de tres módulos que
posibilitó el incrementó del suministro de agua hasta las
15:00 horas y la finiquitación de las contrataciones de los
buques aljibes. Posteriormente, en marzo de 2002, se inició
la construcción de las diferentes infraestructuras incluidas
en el Proyecto Agua 24 Horas del Gobierno de Juan Jesús
Vivas, terminadas en mayo de 2003. Desde ese mismo instante,
se inicio el suministro de agua potable con carácter
ininterrumpido a los toda la ciudadanía.
Sin ninguna duda, la decisión técnica adoptada por la
dirección de ACEMSA, basada en datos reales, prescribían
parar el cuarto módulo de la desaladora al objeto de no
producir una cantidad de agua que debía ser obligadamente
aliviada por el exceso existente en los embalses como
consecuencias de las elevadas precipitaciones del pasado
año, prorrogándose hasta el pasado mes de junio abalado en
los datos existentes.
En definitiva, nos encontramos ante una decisión acertada
que se ha visto perjudicada por una serie de averías
añadidas a un considerable incremento en el consumo de este
líquido elemento en los últimos meses, propiciando, a falta
de futuras precipitaciones, una disminución importantísima
en el agua embalsada que no fue detectada por los servicios
técnicos a tiempo. Por tanto, es momento de adoptar las
medidas que atenúen, en la mayor brevedad posible, esta
lamentable situación posteriormente, las correspondientes
medidas disciplinarias. No obstante, son totalmente
legítimas y obligadas las peticiones formuladas desde la
oposición exigiendo depuración de responsabilidades.
|