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Es claro que al ritmo que van las
distintas obras que, desde todos los frentes, se vienen
realizando el aspecto del barrio va a ir cambiando
totalmente. Accesos nuevos como los del Puente del Quemadero
una vez concluyan los trabajos, la unión con la zona de Loma
Colmenar y sus nuevos equipamientos, la nueva ordenación
urbana de ese PERI, convertirá al Príncipe en un barrio
perfectamente incardinado con el resto de la ciudad,
perfectamente comunicado acabando, de este modo, con esa
percepción de barriada aislada del resto y de sus núcleos
urbanos. El gobierno local está ganando espacios para los
ciudadanos con el objetivo de hacer más ciudad y eso es
siempre bienvenido.
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OPINIÓN / EDITORIAL
