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OPINIÓN - DOMINGO, 27 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Mafias, droga y Perejil
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Hasta hace una decena de años, la isla del Perejil era desconocida para el 99% de la población de nuestro país y algunos de los que teníamos una mínima noción de su existencia, a duras penas, éramos capaces de saberla situar, en su justo sitio.

Bastó un movimiento que yo tildo de “mucho ruido y pocas nueces”, para que hasta los más desconocedores de todo lo que significa la palabra geografía, ya hablen de la isla como si fuera un punto de destino turístico, o un lugar de encuentro de altas jerarquías de la política internacional.

Son los resultados de la publicidad, aunque sea una publicidad muy mal hecha, al menos hasta ahora.

Ahora puede volver a adquirir importancia, tras el accidente, con la serie de muertos y desaparecidos, de hace muy pocos días, en las inmediaciones de esta isla, al haber naufragado una patera.

Este luctuoso hecho ha sido la voz de alarma para que, por ejemplo, Marruecos envíe al norte unas fuerzas especiales, para frenar la inmigración.

Y que en Marruecos se lo han tomado en serio se deduce del hecho de que grupos de la Gendarmería Real están vigilando, desde hace tres días, las costas desde Alcázar Seguer y Perejil, que prácticamente está tomada por los traficantes.

No debe extrañarnos esa vigilancia en torno a Perejil, por fuerzas de Marruecos, puesto que las aguas en torno a esta isla, más bien islote, pertenecen a Marruecos, uno de esos contrasentidos que hallamos a diario en tierras y en aguas cuyos repartos, más que con sentido común, se hicieron con regla, compás y cartabón.

Lo que tratan de hacer estas fuerzas especiales de la Gendarmería Real marroquí, desplegadas en ese área, es intentar frenar la gran cantidad de intentos de paso del Estrecho que se vienen sucediendo desde hace más de dos semanas y en los que tuvieron que intervenir la Guardia Civil y los Servicios de Salvamento de España.

Estas avalanchas de gentes, tratando de pasar al otro lado, ya lo han pagado bastante caro, por cuanto entre muertos y desaparecidos, en muy pocos días, hay un número de no menos 30 personas, lo que implica una catástrofe que países como Marruecos y España tendrán que intentar frenar, ya que los países de origen de estos inmigrantes / emigrantes parecen no tener la menor intención de hacerlo.

Guardia Civil y Marina Real, cada una en sus coordenadas y con sus correspondientes medios, se encargarán de paliar, no creo que de eliminar, esa serie de viajes, “rumbo a lo desconocido”, que tantos problemas están ocasionando y tantas vidas humanas se han cobrado.

Y, aunque todavía los datos no han sido confirmados como ciertos, por nadie, de una manera oficial, ya aparecen voces piadosas lamentando que en la patera que naufragó en Perejil iban cuatro bebés.

Las cuestión no ofrece dudas, ese viaje no había sido preparado por estos bebés, ni siquiera por sus padres, luego alguien y por algo tiene que estar detrás de este tipo de “excursiones” que de agradables no tienen nada y que rara vez logran su objetivo, sin haber terminado en tragedia.

Los supervivientes han asegurado que en la embarcación viajaban 45 personas y que el motivo del naufragio fue que chocaron contra una roca. Auténtica maldición.
 

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