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OPINIÓN - DOMINGO, 27 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Las Memorias de “Chita”
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Leído en la prensa: “Retirada en su residencia californiana de Palm Springs, ya al final de sus días, la mona Chita acaba de publicar sus memorias (“Yo Chita”) rememorando anécdotas del rodaje de las películas de Tarzán y numerosos cotilleos íntimos de su paso por Hollywood”. A cuento de estas memorias nos acordamos de que existen otros animales que se han hecho famosos a través del cine (la mula Francis, los perros Rin Tin Tin, Rex, Lassie, la ballena Moby Dick, el escualo Tirburon, el Gorila King-Kong) y otros de “cartoon” (el ratón Mickey, el pato Donald, la gacela Bambi, el elefante Dumbo, etc. por citar los mas famosos). Pero a ninguno de ellos, exceptuando la mencionada y muy estimada mona Chita, que tengamos conocimiento, le ha dado por escribir sus memorias y, además, según comentan, con gran éxito.

Nos hemos preguntado, también, que hubiera sido de aquel joven si la mula Francis, fiel al soldado a quien en la segunda guerra mundial salva al caer en combate entreteniéndolo en el fragor de las batallas así como a sus compañeros a los que produce hilaridad creando un ambiente de algazara y sosiego para que, en momentos de grave peligro, disfrutaban de las “gracias” del animal que hablaba.

¡Qué nos podría escribir, por otro lado, la perra Lassie relatando las vicisitudes pasadas cuando fue vendida por las necesidades económicas de sus dueños y pese a la celosa guardia de que era víctima consiguió escapar y volver a sus antiguos propietarios! (ejemplo de fidelidad y lealtad que nos ofrece en este episodio el animal). O las hazañas de las cinco generaciones de Rin Tin Tin entreteniendo a las tropas en la segunda guerra mundial o persiguiendo y acosando a malhechores. ¿Y que nos dirían la ballena Moby Dick, el Tiburón asesino o el enamorado King-Kong con referencia a la obsesión y a la venganza?.

Así mismo los otros seres irracionales, los representados en dibujos animados por el magistral Walt Disney, como el Ratón Mickey o el Pato Donald (iniciadores de la saga de los “cartoons”), nos dejaron y continúan ofreciéndonos representaciones y aventuras, siempre intranscendentes pero, aun tratándose de dibujos, con un fondo de ternura que han aislado del mundo y, por ende, de sus problemas a media humanidad y con las que pequeños y mayores hemos disfrutado. Estos no escribirán sus memorias, como tampoco lo ha hecho, claro está, la mona Chita utilizada por un tal James Lever, quien ha puesto en su boca anécdotas y cotilleos íntimos de su paso por Hollywood cuando rodaba las películas de Tarzán.

En ocasiones nos hemos preguntado, al hilo de estos recuerdos, que si al León de la Metro se le hubiera ocurrido narrar sus memorias, a la vista de la ingente cantidad de películas que tiene rodadas ¿que nos hubiera deparado: grandes amores, bondades humanas, héroes, generosidades, violaciones, traiciones, desengaños, confabulaciones, fraudes, simulaciones, villanos, críminales, venganzas, xenofobias, engaños…?. O sea, todo lo que una forma u otra se contempla, por suerte y por desgracia, en la cotidiana vida de la raza humana y que queda plasmada en un medio inagotable como es el cine aun cuando, como en este caso, se utilice la “autobiografia” de un animal irracional per se, para relatar cotilleos y otras situaciones que nos ha querido contar su autor con “Las Memorias de Chita”.
 

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