Se esperaba mucha más cantidad de
agua sobre Ceuta. Las previsiones hicieron situar la alerta
en el color naranja (el segundo nivel de mayor emergencia en
la escala). Se esperaba, por tanto, que esta bendita agua
pudiera servir para paliar el déficit existente en los
embalses de la ciudad, y se esperaba para comprobar
efectivamente si las nuevas conducciones de pluviales,
aliviaderos y alcantarillado general absorbían con capacidad
lo necesario para evitar situaciones como las del pasado
año. Sin embargo no cayó lo suficiente como para elevar con
notoriedad los niveles de agua embalsada, pero sí quedó
demostrado, salvo excepciones (Tarajal) que el sistema de
absorción de pluviales cumple con las expectativas
previstas.
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