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OPINIÓN - SÁBADO, 26 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

No intervención y otras cosas
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

Buenos días, ceutíes que disfrutan de Ceuta en un sábado cualquiera.

Sigo recibiendo los aromas del monte. Mi estancia en alta montaña sigue siendo un buen relax.

Bueno, pese a estos días de asueto sigo en pie de artículo y gracias al portátil, sigo enviando Notas.

Puede que esté entrando en el declive de mi vena escritora y cualquier día de éstos os comunicaré que dejo de escribir las Notas a causa de carecer de tiempo para ello.

Pasemos a significado del encabezamiento de ésta ¿penúltima? Nota.

Nunca, en mi vida, he contemplado serenamente la gran mentira que destila la Iglesia Católica Apostólica y Romana (de española sólo está en la Conferencia Episcopal, y rancia por lo demás) además de ser una redomada hipócrita que declara con desfachatez semejantes imbecilidades.

Me refiero, Vds. ya lo habrán adivinado, a la emisión de esa durísima nota acusando al Parlamento en su conjunto de poner en peligro la libertad religiosa.

Verdaderamente sólo puedo exclamar: ¡¡la madre que los parió!!.

Responder a unas declaraciones increíblemente estúpidas del Papa, presidente del Estado del Vaticano, entra de lleno en la libertad democrática que nos confiere nuestra Constitución.

Que los curas se metan en política a través de sus organismos representativos… sí es permisible.

Que los curas declaren contra la política… sí está permitido.

Que el Estado tiene el principio de no intervención sobre la Iglesia, pero sin embargo ésta sí tiene derecho a intervenir en asuntos del Estado ya es el colmo de la prepotencia, aunque se crea que es espiritual.

Yo mismo escribí contra las declaraciones del Papa sobre el SIDA y los preservativos y ahora insisto en advertirle que se meta en sus cosas espirituales y deje de intervenir en las materiales porque su estrategia, la de levantar los ánimos de los creyentes conservadores en contra del resto de la población, no hará más que encrespar los ánimos… tal vez esa es la verdadera intención de un presidente de Estado intervencionista por naturaleza.

Que el Parlamento no repruebe esas palabras, cargadas de ignorancia o con malas intenciones, pase, pero que nos prohíban criticar declaraciones fuera de contexto… tratar de colocarnos la mordaza es mucho más cruel que tratar de excomulgarnos. Al fin y al cabo es una excomulgación inventada por el hombre, de hombre a hombre que no significa, verdaderamente, absolutamente nada.

Contradecir las palabras de cualquiera, aunque ese cualquiera tenga el título de Papa, entra de pleno en el derecho de opinión y de expresión y la picaresca generalizada de la curia romana, aunque residan en este país y estén representados por la Conferencia Episcopal, en el uso de las maneras fácticas para poner en el tapete cuestiones estrictamente médicas… deja a uno, a más de uno con la fe hecha estopa.

Las declaraciones del Papa no son morales ni relativas a creencias religiosas, por lo que la crítica y/o reprobación a sus palabras no atentan, en ningún caso, contra la libertad religiosa. ¿Qué entenderá este Papa por libertad religiosa?

Si quieren que respetemos el magisterio de la Iglesia, ésta debe respetar el magisterio de que somos humanos libres, de pensamiento y obra libre y responsable. No somos chiquillos a los que manejar a golpe de vara.

Se nota, desde lejos, que los señores arzobispos, obispos y demás miembros del ejército de la Inquisición sienten añoranza por tiempos pasados y no toleran que discutamos sus palabras y/o sus hechos.

No les cuesta nada tacharnos de herejes y excomulgarnos a gogó, pero más no podrán hacer. Los tiempos de los artilugios torturadores y de las intrigas palaciegas con asesinatos incluidos pasaron tiempo ha.
 

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