Y algo desmotivados. Y no lo digo
porque me estén premiando con los más groseros insultos y
ácidas imprecaciones desde que encendí el ordenador. ¿Qué
mascullan? ¿Qué ustedes, todavía no han dicho nada? ¡Hagan
el favor de no faltar a la verdad, porque no están dando un
mitin! Sé lo que dicen porque ya saben que tengo unas
pequeñas facultades de videncia y a mí no me la dan con
queso. Con un pitufo con jamón puede, siempre que el jamón
sea Ibérico, pero con queso no, porque no me gusta.
Como no me gusta la falta de imaginación del Ministro
Rubalcaba a la hora de finiquitar el proceloso tema de la
prostitución en la vía pública. De hecho, si no saben buscar
soluciones al menos podrían tener el detalle de no
bombardearnos en los informativos con imágenes de las calles
tomadas por las meretrices, los vecinos amargados, la
policía maniatada y los alcaldes sin echarle cojones a la
temática, simplemente prohibiendo la prostitución callejera
y aplicando ese artículo del Código que habla de
“actividades molestas, insalubres o incómodas” . O
directamente contrarias al orden público.
Mejor que no nos enteremos, porque nos irritamos
profundamente. ¿Qué que pasa con los perjudicados directos
por esas prácticas y todo lo que conllevan? Pues que se
pongan una mano en el pecho y, en las próximas elecciones
voten a políticos con pelotas que sean capaces de hacer de
las ciudades lugares seguros y cómodos para vivir. Que no a
sacos de contradicciones, ahora que sí, ahora que no, vamos
a legalizar la esclavitud sexual y a llevarla a los
puticlubs, no vamos a legalizarla porque se cabrean las
feministas. Vamos a ilegalizarla porque así erradicamos la
trata de blancas. Pero ¿Y si la pilingui va por libre y se
busca la vida con la ingle porque se gana más con el
putiferio que arrastrando cubos?. El tema es proceloso.
Pero lo que les garantizo es que no se gana con buenismo.
Aunque sí puede utilizarse el buenismo de manera
inteligente, lo típico para quedar bien. Es decir, dejar de
alegar con tono lacrimoso que, a las de la nocturnidad “se
les trata de brindar alternativas laborales” porque tenemos
a cuatro millones de parados y, por desgracia, no nos
encontramos en disposición de colocar a cientos de mujeres,
el noventa por ciento de ellas extranjeras. Y acostumbradas
a levantarse en dos felaciones lo que van a ganar en una
jornada laboral completa fregando escaleras o recogiendo
aceitunas. Las alternativas laborales a ofertar son poco
apetecibles. Y encima son inexistentes. Porque ya hay cola
para cualquier trabajo y los andaluces hacen precisamente
eso, cola, para viajar a la vendimia francesa.
Lo más coherente y humanitario en este caso y ya que, las
pobres mujeres, son víctimas de las mafias, según dicen y
cuentan, lo más solidario sería dejar a las mafias con el
culo al aire y repatriar de inmediato a sus países de origen
a todas las que practican la prostitución, con todos los
gastos pagados, en vuelo regular y con la feliz idea de
emular a nuestro admirado “banquero de los pobres” el hindú
Yunus, que ha conseguido sacar de la pobreza a miles de
familias en la India otorgando microcréditos a las mujeres.
La idea consiste en entregar a cada señorita señora
repatriada un microcrédito de unos mil euros, una cantidad
notable en sus países para, que una vez en su tierra, puedan
iniciar algún tipo de actividad. Si lo hacen las mujeres
hindúes con microcréditos de trescientos euros y prosperan
también pueden prosperar las africanas, las rumanas y las
sudamericanas que se ven obligadas a ejercer el oficio más
viejo del mundo.
Y con el detalle a destacar de que, aunque esas mujeres
pertenezcan a países cuyas embajadas están abiertas en
España, es decir, que no son apátridas desamparadas, sino
súbditas de Estados Soberanos, no se les reclaman los
dineros a los Gobernantes de esos Estados, como sería
normal. ¿Aunque, por qué va a costarnos el dinero a los
españoles cuando las estamos pasando putas? Ustedes no les
quitan a sus hijos el pan de la boca para ir a dárselo al
del vecino, mayormente para que, los del bloque se queden
maravillados comentando lo caritativos que son. Porque
ustedes no serían caritativos sino unos desalmados.
Lo cierto es que, a los vecinos de las zonas y las barriadas
destrozadas por la prostitución, no es que se les note
molestos, sino que están desesperados, sintiendo y sabiendo
que “han perdido” la calle que pagan con sus impuestos. Y si
nuestros Mandamases dudan y no saben en cuestión de orden
público que echen mano de la cooperación internacional y
manden traer a un equipo de policías y de técnicos de
Marruecos. Nuestros vecinos “saben”. Son eficaces. Nosotros
nos limitamos a murmurar sin saber por donde tirar. Es más,
les noto molestos…
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