Tras finalizar la temporada de playas, la Consejería de
Medio Ambiente y Cruz Roja se encargaron ayer de presentar
la estadística del dispositivo de socorrismo de este año,
que ha atendido a 2.323 personas en 1.057 intervenciones y
ha tenido que velar muy de cerca por los bañistas que hacen
caso omiso de las banderas rojas o tienen la costumbre de
saltar al agua de cabeza en zonas rocosas.
2.323 personas asistidas en 1.057 intervenciones de Cruz
Roja es el balance en términos numéricos del trabajo del
dispositivo de socorrismo en las playas de Ceuta que
presentó ayer la consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel, y
el presidente provincial de la referida entidad, Jose Manuel
Durán.
Este dispositivo, que ha estado funcionando desde el mes de
mayo hasta el 15 de septiembre, en virtud de un convenio
anual que el Ayuntamiento tiene suscrito con Cruz Roja por
valor de 200.000 euros, ha dispuesto a 88 personas
trabajando en el litoral ceutí, y ha incrementado sus
recursos materiales con una ambulancia de soporte básico,
que ha trasladado a cincuenta personas al hospital, y tres
embarcaciones de nivel C.
Entre las principales incidencias tratadas por los
socorristas de Cruz Roja destacan 117 contusiones, que
originaron dos traslados a un centro sanitario, las 41
quemaduras solares, las 212 púas de erizo, las 58 picaduras
de avispa y las 44 picaduras de medusa.
Mención especial merecen los avisos a bañistas, que se han
elevado a 373, de los cuales 61 fueron por bañarse con
bandera roja y 158 por saltar de cabeza en zonas rocosas.
Durán se extendió en la consideración de los pocos bañistas
que hacen caso de las indicaciones de Cruz Roja a través de
sistemas como el de banderas. “En Ceuta la gente cuenta con
que conoce el litoral y todo el mundo piensa que sabe nadar
muy bien. Sin embargo, ésta es una sensación que puede
inducir a engaño”, apuntó.
Los voluntarios y personal de Cruz Roja también rescataron a
casi setenta personas en el mar, 37 de ellas a nado y 30
mediante embarcación.
La consejera sólo tuvo palabras de alabanza para el personal
de Cruz Roja porque “no es un trabajo cómodo, que se
encuentra con muchas dificultades en el día a día, ya que no
todos los bañistas actúan con seguridad y siguen las
recomendaciones y orientaciones del dispositivo de
socorrismo”. Tirón de oreja, pues, a los desaprensivos.
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