Es otro de los temas de moda, moda
que no pasará, por cuanto el aumento de la circulación
conlleva, cada día, más riesgo tanto para los peatones, como
para los que hacen uso del coche, de la moto y, no digamos,
la bicicleta.
En estos momentos, como reivindicación, para que la
seguridad sea total, se está celebrando la I Vuelta a España
por la Seguridad Vial.
Los más reivindicativos, en este sentido, son los moteros,
por aquello de que los que circulan en motocicleta son los
que más riesgos corren y, por qué no decirlo, los que más
riesgos hacen correr a otros.
Hace muy pocos días, nos encontrábamos con una caravana de
motocicletas que, tras haber partido del Parque Juan Carlos
I, y después de recorrer casi una treintena de kilómetros,
finalizaron su recorrido en el Mirador de Isabel II.
Mentiría si dijera que no me gustan las motos, algo que en
mis años jóvenes, no sólo me gustaban, sino que me
apasionaban. Sin embargo, al correr el tiempo y después de
haber viajado mucho, tanto en turismos como en camiones, he
llegado a la conclusión de que, también, una gran parte de
responsabilidad en percances de circulación hay que
achacárselos a los que hacen uso de las motos, muchas de
ellas, auténticos misiles en la carretera, sin miedo al mal
estado de algunas rutas, ni al riesgo que entraña “volar” a
doscientos kilómetros por hora sobre dos ruedas.
Los moteros se quejan, lo comprendo, porque aseguran que
ellos son los que se llevan la peor parte en los accidentes,
pero lo que no les he oído decir jamás es que muchos
percances, que han terminado con profesionales del volante,
han sucedido por las imprudencias de quienes con una máquina
rápida pero menos estable actúan como si fueran los dueños
de la ruta. Eso hay que ponerlo, también, muy claro.
Con todo esto, sin embargo, no quiero apartarme de muchas de
sus reivindicaciones que, además, las hago mías, también,
como esa de terminar con los antiguardarraíles, por ejemplo,
que tan nefastos son en muchos de los accidentes de los
moteros.
También la Plataforma Motera de Ceuta se unió a la
convocatoria de la I Vuelta a España por la Seguridad Vial.
Junto a estos había decenas de moteros venidos de la
península, que mostraron sus reivindicaciones.
La de Ceuta fue la 23ª etapa de esta primera Vuelta a
España, con una duración de unos tres cuartos de hora
invertidos en la distancia que hemos dicho anteriormente.
Era, pues, una manifestación tranquila y sin velocidad, algo
que no se da, lo de la velocidad, de ordinario en las
carreteras, cuando se disponen a hacer cualquier tipo de
viaje.
Hasta ahora, en esa actitud reivindicativa, es cierto, están
logrando que se les preste todo tipo de atención, provincia
tras provincia, en los medios de comunicación. El resultado,
aún, está por ver hasta donde llegará, porque quitar esos
“elementos de ¿seguridad?”, los antiguardarraíles, sería
fácil, pero aún no he visto qué elementos son los que iban a
sustituirlos y que fueran más seguros y menos peligrosos,
con lo que la seguridad quedara asegurada.
Con soluciones o sin ellas, esta plataforma, PMSV, ya ha
salido a escena, ha mostrado su forma de entender lo que hay
y lo que no debe haber, lo que todavía no sabemos es quien
les va a secundar y que aporte algo más seguro que lo que
estos reivindican.
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