El presidente de la Ciudad, ha ratificado las palabras de la
consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel sobre las
responsabilidades de la decisión de paralizar la desaladora
prolongadamente durante cuatro meses sin aportar agua a los
embalses por su situación de lleno en el mes de noviembre
pasado. La consecuencia que ello ha producido es la actual
escasez de agua embalsada y la previsión ahora de contratar
un buque aljibe. Vivas consideró que aquella decisión “no
fue avalada” políticamente.
“Las decisiones en torno al aprovechamiento de los recursos
hídricos disponibles son decisiones de índole técnica, como
no puede ser de otra manera”, afirmó el presidente de la
Ciudad Autónoma, Juan Vivas que ratificó y respaldó, de este
modo, ayer las declaraciones de la consejera de Medio
Ambiente Yolanda Bel cuando explicó las razones por las que
debía plantearse la contratación de un buque-aljibe ante la
escasez de agua embalsada en los pantanos, y después de que
durante cuatro meses se adoptara la decisión “técnica” de
parar el aporte de agua de la desaladora a los pantanos.
Vivas consideró, para abundar en lo dicho, que “los
responsables políticos no estamos para decidir si la planta
desaladora está funcionando o está parada, o si se saca agua
o no del pantano para atender las necesidades del
suministro. Eso forma parte de una programación que se lleva
a lo largo del año en función de las circunstancias
concurrentes”, declaró para insistir en el mensaje de que la
responsabilidad de hallarse en una situación de falta
preocupante de agua se debe a una decisión “arriesgada y
poco conservadora” de los técnicos del área de Acemsa “no
avalada por ninguna decisión política”, aunque justificó los
razonamientos aportados por estos, quienes obraron de este
modo con el ánimo, dijo Vivas, “de no producir agua que no
se necesitase”.
¿Qué ha pasado y por qué?
El presidente informó que a fecha de hoy “hay menos agua en
los pantanos que la que había hace un año y, por tanto, hay
una menor capacidad para atender las necesidades de aquí a
las próximas semanas” En cuanto al porqué, el jefe del
Ejecutivo explicó que la causa está en que en el mes de
febrero la dirección técnica de Acemsa toma la decisión de
parar el quinto bastidor de la planta desaladora. Una
decisión que se mantiene en el tiempo hasta el mes de junio
de este mismo año. Eso significa que en cuatro meses han
dejado de producirse 5.000 m3 de agua al día, es decir, en
conjunto y en total, unos 600.000 m3 de agua”, abundó.
¿Cuál era el objetivo?
Los técnicos de Acemsa, encabezados por su director gerente,
informaron que la justificación de esa medida era la de
cumplir con el objetivo de no producir el agua que Ceuta no
necesita, o sea no tirar el agua. Esa decisión estaba basada
en unas previsiones que hacían referencia tanto a los
parámetros de suministro y de producción durante la época
estival, como a las lluvias en los meses de septiembre,
octubre y del resto del otoño. ¿Qué ha pasado?, que los
parámetros de suministro y producción en la época estival no
han marcado los niveles que apuntaban las previsones, porque
“no han tenido un comportamiento similar a los de años
anteriores”, dicen en el gobierno.
En concreto, el suministro se ha incrementado en un 10% y la
producción ha bajado en otro 10% como consecuencia de “otras
paradas” en la planta desaladora no debidas a decisiones
técnicas, sino debidas a “averías producidas en la planta”
-dijo Vivas- y, al mismo tiempo, se está retrasando la
pluviometría de septiembre y de octubre, “lo que nos ha
causado un déficit como consecuencia de esta decisión”,
remató.
En estos momentos, apuntó el presidente “todos estamos
empeñados en remediar esta situación teniendo en cuenta que
el suministro a la población es una cuestión prioritaria
para este gobierno como se ha demostrado con las muchas
inversiones llevadas a cabo directamente o con la
colaboración con la Administración General del Estado”.
Así las cosas, hay dos maneras posibles para remediar esta
situación, la primera es “si la puvliometría responde y
aporta recursos de manera suficiente en las próximas
semanas, de aquí a unos 20 días”, y la segunda “mediante la
contratación del buque aljibe para suplir el déficit de
recursos derivado de todas estas circunstancias”, señaló el
presidente ceutí.
Especial hincapié hizo Juan Vivas en dejar en segundo plano
las causas por las que se decidió la paralización del módulo
de la desaladora, “la consecuencia del ahorro económico es
inevitable pero no ha sido la causa”.
De hecho, aseveró que tanto el lógico ahorro por la no
utilización durante cuatro meses de la desaladora, como la
decisión -si se toma finalmente- de costear la traída de un
buque aljibe “son temas secundarios, porque lo realmente
prioritario, como objetivo fundamental de este Gobierno, es
el de que no falta el suministro de agua a la población”,
completó.
Defendió, además, que la “contingencia” de la presencia de
un buque aljibe “ha de estar siempre prevista” atendiendo a
los parámetros de que el 80% de las necesidades de
suministro las aporta de la desaladora y el 20% restante los
completan los recursos naturales (agua embalsada y
pluviometría). Tanto una como otra pueden “fallar”, una por
averia y otra por ser imprevisible. De modo que inisistió el
presidente en acondicionar las distintas tomas para el
trasiego de agua tanto en Algeciras como en Ceuta para
disponer de una infraestructura alternativa “que no supondrá
coste añadido a los ciudadanos en las facturas mensuales del
agua”, aseguró.
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