El incremento, en los últimos días, de los intentos de
cruzar el Estrecho por inmigrantes de varias regiones
africanas (magrebíes y subsaharianos fundamentalmente)
atisban un defecto evidente en el control y filtro que deben
realizar las autoridades marroquíes en la protección de sus
costas y en el impedimento de la inmigración ilegal.
Neumáticas, balsas, pateras... cualquier elemento flotante
es válido para intentar el cruce partiendo de las costas
atlánticas del norte marroquí (preferentemente entre Alcázar
Seguir y Tánger) hacia las costas gaditanas de la península.
Marruecos promete tomar medidas.
La Gendarmería Real marroquí tiene orden de recoger todo
aquel inmigrante que haya sido detectado e interceptado por
los servicios marítimos españoles bien de la Guardia Civil,
bien de los de salvamento. De hecho, en los últimos dias
-aunque no ha trascendido- el Instituto Armado ha ‘cedido’
en el mar la custodia de varios inmigrantes interceptados a
pocas millas de la costa marroquí con dirección a las
gaditanas de la península. Una llamada a los servicios de la
marina marroquí es suficiente ahora para que -con las
coordenadas exactas- el patrullero del vecino país se
aproxime a la nave española y se produzca el trasvase de
inmigrantes. En las últimas horas sucedió hasta en dos
ocasiones.
El lunes, la Guardia Civil interceptó dos barcas inflables
infantiles con 10 marroquíes a bordo a unas cinco millas de
Tarifa. El pasado sábado ocurrió el naufragio de una patera
con unos 40 inmigrantes en su interior de las que sólo se
pudieron salvar a once personas y rescatar ocho cuerpos. Se
especula con que la embarcación zozobró a causa del choque
con un mercante. Las labores de búsqueda continúan siendo
infructuosas. Los inmigrantes que iban en la patera sumaban
unas 60 personas, según el testimonio de los supervivientes.
Por su parte, la Diócesis de Cádiz y Ceuta estimó que más de
15.000 inmigrantes irregulares de diferentes nacionalidades
han muerto en el área marítima del Estrecho cuando
intentaban alcanzar la costa.
Todos estos acontecimientos provoca que el presidente de la
Junta de Andalucía, José Antonio Griñán plantee a finales de
este mes, aprovechando su primer viaje al extranjero, la
necesidad de elevar el esfuerzo conjunto para frenar el
tráfico de inmigrantes con la intención de cruzar el
Estrecho.
Defectos en el control
El último tercio de la pasada celebración del Ramadán, que
coincidió con la concesión de permisos entre las fuerzas de
seguridad -según fuentes consultadas en el vecino país- ha
podido ser la causa del incremento en los últimos días de
los intentos de pase entre la colonia de inmigrantes. Estas
mismas fuentes indican que se tomarán medidas coercitivas
contra los responsables de la seguridad y control de la
inmigración en la zona.
La última salida de inmigrantes se produjo en la mañana de
ayer. Cinco subsaharianos se echaron a la mar en una balsa
neumática. La Salvamar ‘Al Kaid’ los avistó durante la
búsqueda que realizaba por el naufragio del sábado.
A las 9.25 horas la tripulación de la Salvamar ‘Al Kaid’
subió a bordo a los inmigrantes, que estaban a la deriva.
Uno de ellos se encontraba en malas condiciones físicas, con
síntomas de hipotermia y necesitó asistencia médica urgente,
por lo que fueron trasladados al puerto deportivo de Ceuta y
no entregados a la Gendarmería marroquí. El inmigrante fue
dado de alta a las pocas horas.
Tras su reconocimiento a la llegada a tierra, el Cuerpo
Nacional de Policía se ha hecho cargo de ellos, procediendo
de acuerdo con la Ley de Extranjería. Una vez tramitadas las
diligencias propias del caso, los cinco varones
subsaharianos han sido acogidos en el Centro de Estancia
Temporar de Iinmigrantes.
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