Galdós pudo escribir de
Fortunata y Jacinta en un momento en que Madrid
estaba lleno de Fortunatas y Jacintas. Si no, adiós Galdós.
Baroja pudo novelar desharrapados porque vivió en una
época desharrapada. Valle-Inclán pudo describir
princesas en camello porque cuando el modernismo las
princesas iban en camello por Alcalá como ahora todas las
señoras bien van de escaparates en su mini. Todo es
coincidir con la época, encontrar el momento. Dice
Francisco Umbral en su ‘Diccionario de Literatura’.
El momento actual en Ceuta, un momento que lleva ya en
cartel montón de años, lo tiene Juan Vivas en
propiedad. Porque así lo viene queriendo una mayoría de
votantes que no se cansan de que sea Vivas quien marque la
pauta política en esta tierra.
De modo que o escribimos un día sí y el otro también del
presidente de la Ciudad o quedamos fuera de la historia
moderna ceutí. De una época que será recordada, cuando pasen
muchos años, como la época en la cual un señor bajito –lo de
bajito es una condición- ganaba elecciones a tutiplén y todo
lo que él decía iba a misa.
Todavía me acuerdo de aquella señora ceutí, residente en
Sevilla, a quien le preguntaron en un programa de radio
sobre lo más destacado que había en Ceuta. Y ella, sin
cortarse lo más mínimo, dijo que era Vivas: un
presidente que ni era alto ni guapo, sino más bien todo lo
contrario; pero que tenía todo lo que hay que tener para
llevarse a la gente de calle.
Aquella señora, ante el asombro del conductor del programa,
sin querer o queriendo, vaya usted a saber, acertó de pleno
al enjuiciar a Vivas. Tiene todo lo que hay que tener para
llevarse a la gente de calle.
La siguiente pregunta del locutor debería haber sido la
siguiente: Señora, ¿qué es lo que tiene el presidente de
Ceuta que no tengan otros políticos de su tierra? Pero el
hombre no cayó en la cuenta y dijo que lo que él quería era
una respuesta sobre monumentos y otras cosas por el estilo.
Así que habrá que meterse en el pellejo de la señora nacida
en Ceuta, aunque residente en Sevilla, lo cual no es fácil,
pues las señoras actuales son de muchos y variados saberes,
para apuntar las razones con que cuenta Vivas para seguir
ganando elecciones con la misma facilidad que juega Xavi
Hernández al fútbol. Otro bajito triunfador cuya única
pega es que no sea capaz de quitarle la X a Javier para que
su nombre de pila haga juego con su apellido y deje de
parecerse a algo relacionado con los vinos gaditanos.
Pero vayamos con lo que muy bien pudo haber dicho la señora,
si la hubiesen dejado explicarse. Vivas no necesita ser
aburrido para desesperar a sus rivales. Vivas los desespera
porque jamás descompone la figura. Luego, entre bastidores,
se hace tirabuzones con las denuncias de los opositores.
Es, además, maestro de la burla fina. Y sabe reírse por lo
bajini cantidad. Mi presidente sabe que haciendo
ostentaciones de rico se convierte en sospechoso. Por lo que
no ha pagado una copa desde que llevaba las cuentas de la
desaparecida ADC. Y lo mejor es que sabe comportarse de
manera que no despierta recelos ni envidias entre la gente.
Una actitud adquirida a edad temprana y que le ha permitido
obtener éxitos ruidosos. Y, por si usted no lo sabe, tiene
la suerte de contar con un vicepresidente con dos cojones.
La señora, tan clara como actual, hubiera aprovechado su
momento.
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