Vengo del fútbol, de ver al Barça
hacer una manita al segundo equipo capitalino del país, al
pobre equipo colchonero del que se han apiadado los
jugadores azulgranas y regalado dos goles como churros.
Esos dos goles, encajados por Valdés, son debidos a fallos
que sólo ocurren en equipos de primera o segunda regional.
Personalmente no tengo nada contra Henry ni Ibrahimovic,
pero me parecen que son jugadores fuera del esquema
barcelonista. Ambos dos son malísimos para lo que han
costado. Ambos dos, pese a que la prensa catalana los
glorifican, no son más que simples mierdas pinchadas en
palos.
El Barça tiene la mala suerte de coger jugadores del norte
de Europa en declive. Ninguno de los que ha fichado en
tiempos pretéritos (daneses, islandeses, noruegos, suecos,
etc.) han conseguido triunfar clamorosamente en las filas
blaugranas. Pasaron sin pena ni gloria.
Dejaré de lado la actuación del árbitro. Los árbitros siguen
siendo madridistas hasta la médula.
Bueno, pasemos a otras cosas, no sea que se cabree el
personal, amante del madridismo por más señas, y dejen de
leerme.
Sigue emperrado el líder pepero en su estrategia
desgastadora contra su enemigo personal, el presidente del
Gobierno, con ataques fuera del sentido común en un político
de esa supuesta talla.
Notamos que a menudo parece que Mariano Rajoy navega a la
deriva con el lastre de su antecesor y con una herencia
neoliberal espantosa.
Su defensa en contra de la limitación de las remuneraciones
extraordinarias de los gestores de entidades financieras,
dará mucho de sí en su contra aunque se gane el amor eterno
de los mismos.
Los grandes y auténticos responsables de la crisis económica
deben tener un límite en el reparto de esas bonificaciones.
Tener las oficinas bancarias con un solo empleado ante
decenas de sufridos clientes… ¡vaya chollo! Y el paro sigue
“in crescendo”.
Por otra parte mucho optimismo noto en Rajoy en referencia a
sus aspiraciones en Catalunya. La supuesta moderación que
exigen los catalanes se traduce en el 1% de la población y
pretender engañarse a sí mismo lo sitúa en la cúspide de la
utopía.
Creerse única vía de desalojo del radicalismo… si encima
pretende hacer retroceder el catalán, tal como pide, me hace
sonrojar por vergüenza ajena.
Como a todo el mundo, ahora le toca a Rodríguez Zapatero
andar con tiento en estas horas bajas que le han tocado.
Bien está que piense por entero en la masa social, pero
tendrá que seguir gobernando con consultas y consejos.
De momento logra la confianza de su partido y la del 30 % de
los ciudadanos. Esperemos que arregle el problema.
No es bueno que imite a Gary Cooper en “Solo ante el
peligro”.
Por otra parte, me alegra sobremanera que hayan dado el
punto final a la “okupación” militar de Kosovo, aunque se
gane la rabieta de sus compañeros de la OTAN. El resultado
final de esta pseudo aventura ha sido el de la muerte de
nueve españoles, militares, en un partido sin sentido y que
no ha dado ningún beneficio para el país, salvo para los
sepultureros.
Hoy comeré conejo al pil pil, aderezado con perejil y
hablando de perejil, “nuestro pintoresco” islote de El
Perejil vuelve a ser noticia, aunque desagradable,
protagonizada una vez más por los inmigrantes.
El naufragio de la patera portadora de sesenta seres
humanos, con fallecimiento de ocho, no cambia ni un ápice la
insistencia de los humanos en protagonizar éxodos patéticos
e inseguros.
Si sólo hallaron a diecinueve inmigrantes, fallecidos
incluidos… ¿dónde estarán los cuarenta y uno restantes?
En el CETI de Ceuta seguro que no.
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