Así parece el asunto en torno a la
educación y las malas maneras que, más veces de las
normales, se dan en muchas aulas.
Ahora mismo, medio país, al menos aquellos que son sensatos,
se está dando cuenta de que la situación no puede seguir por
estos derroteros y sólo algunos de los “enrolados” o
“enrocados” en una falsa progresía miran para otro lado, o
dejan pasar el tiempo, con lo que la bola de nieve se ha ido
haciendo, cada vez, más pesada.
En mi viaje, desde Ávila a Ceuta, hace muy pocos días,
sintonicé, al menos, diez emisoras de radio, de timbres y
colores tan diferentes como pueden ser Cadena COPE, Onda
Cero, RNE, Cadena Ser, Canal Sur Radio ..., y otras varias
más. Pues bien, en todas ellas, en la franja horaria de
nueve de la mañana a dos del mediodía, apareció el tema,
aparecieron los pros y los contras y, además, intervinieron
muchos oyentes.
Más del 95%, casi todos ellos padres de alumnos, veían en
los problemas que se vienen suscitando en las aulas, la
prolongación de una educación errónea en la familia o una
falta de atención de muchos padres a sus hijos, desde que
eran unos niños.
Y no les falta razón a quienes piensan así, además de que
muchos alumnos al ser forzados a permanecer en un aula, sin
quererlo ellos, hasta los 16 años, hace que aflore el
síndrome de rebeldía, sin saber hasta donde pueden llegar
sus pretensiones y la auténtica realidad que rodea a muchos.
Está claro que eso de “vale todo”, “el niño tiene que ir al
colegio a jugar”, “los nenes tienen todo tipo de derechos”,
pocas veces padres, niños o máximos responsables políticos
de la educación hablaron de “deberes”, todo ello ha traído
esta cadena de desatinos con que nos encontramos y que falta
mucho para que se corte.
Yo decía, hace pocos días, que las manifestaciones de
Esperanza Aguirre eran algo así como “fuegos artificiales”,
pero lo cierto es que esas palabras han tenido un eco
importante, los hechos ya lo veremos.
Ahora mismo, cuando va a comenzar un nuevo curso, viéndolo
en perspectiva de un año más, no soy muy optimista pensando
que el camino será de rosas. No lo va a ser, por mucho que
los “estudiosos” de la educación hablen de métodos,
programas, atenciones y otras mil “gilipolleces” más, por
cuanto una cosa es programar en un despacho, hacer pruebas
en centros especiales con chavales de clase media alta y de
una cultura familiar de media hacia arriba, y otra cosa es
tratar de inculcar esas “monadas” que han programado en un
despacho a niños de ambiente rural, a los que viven en un
cinturón industrial con mucho paro o a unos que se forman en
un ambiente en el que la base de su cultura es la televisión
en programas del “cotilleo”.
Particularmente, creo que, estoy legitimado para analizar
esto, porque llevo 40 años, sin perder un día y sin
liberalización de ningún tipo, impartiendo clases en un
instituto, estuve en varios y de distintos ambientes, pues
bien, en estos años he visto pasar por el Ministerio, que ha
cambiado de nombre media docena de veces, a lo más “granado”
de la política de los tiempos, con lo que hemos ido, año a
año con la marcha atrás, en lo docente, además de con esos
otros problemas que se han ido añadiendo, con lo que el
profesor ha pasado a ser, como mucho, un mero comparsa con
el menosprecio de un porcentaje muy elevado de los alumnos y
de no pocos padres. Es lo que hoy tenemos, ya veremos si
sigue la ruta que traemos desde hace ya muchos años.
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