El primer debate celebrado tras el
paréntesis estival ha significado el anuncio desde el
Gobierno central de una batería de medidas fiscales, que
supuestamente, posibilitarán el ingreso en las cuentas
públicas de una cantidad cercana a los 25.000 millones de
euros, disminuyendo el déficit público generado por las
actuaciones precipitadas y erróneas impulsadas por Zp al
principio del verano.
Medidas entre las que debemos citar la supresión de la
principal propuesta electoral del programa socialista en las
últimas elecciones, el descuento de los 400€. Subida del 18%
al 20% el impuesto sobre plusvalías, lo que gravará la
compraventa de viviendas y los intereses de las cuentas
bancarias. Subida del IVA del 16% al 18% así como, del
precio del tabaco, alcohol y la gasolina. La creación de un
impuesto ecológico que gravará el consumo doméstico e
industrial del gasóleo de calefacción y la electricidad.
Medidas, que deberá negociar con los grupos de la izquierda
parlamentaria quienes, exigirán para ello, el cumplimiento
de las promesas de elevar las pensiones mínimas y la
cobertura a los parados sin subsidio, actuaciones que
incrementará considerablemente el déficit público lo que
provocará, con total seguridad, la implantación de medidas
fiscales adicionales que empeoraran significativamente la
actual precariedad de las economías domesticas más
perjudicadas, la clase media española.
Decisiones a las que debemos añadir las de recortar las
inversiones previstas en los ministerios de Fomento,
Innovación y Tecnología así como, en el de Industria es
decir, los principales departamentos ministeriales en la
gestación de inversión pública es decir, en la creación de
riqueza y por tanto, de empleo. Ministerios claves para el
despegue económico de nuestro país.
En definitiva, no cabe la menor duda de que la conclusión
que podemos extraer de los datos conocidos es, que el
Presidente del Gobierno está intentando corregir el brutal
déficit de la caja pública cuantificado en más de 50.000
millones de euros, en los primeros siete meses del año,
incrementando la recaudación fiscal y disminuyendo la
inversión pública. Medidas, que sin ninguna duda retraerán
el consumo y la inversión retrasando ostensiblemente la
salida de nuestro país de la terrífica recesión económica
que ya están empezando a superar otros países europeos.
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