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OPINIÓN - JUEVES, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

El día en que invitamos a comer
una paella a Belén Esteban

 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

A nadie hace mal una miajita de populismo. Por mucho que, allá por el año 2000 el presidente Aznar que, por aquel entonces era un cretino prepotente y no el gran estadista defensor del Humanismo que es ahora, Aznar, lanzara fulminaciones contra el gordo alcalde de Marbella, Jesús Gil. Y proclamara que detestaba el populismo. Que curioso.

¡Porque, su miajita de populismo a nadie ofende. Y es un fenómeno sociológico divertidísimo. Abominable para pijoterines y estirados, incomprensible para pijines-progres de nuevo cuño que recuerdan con sudores sus orígenes, nada intelectuales, por cierto. Pero amable para la gente sencilla que, precisamente ahora, estamos de moda por el fenómeno “simply”, importado directamente de yankilandia. Entiendan que, hoy por hoy, no tenemos pocas cosas porque pertenezcamos al sufrido colectivo de los “desfavorecidos”, “económicamente débiles” o “directamente arruinados por la estulticia de los políticos”, tenemos pocas cosas porque pertenecemos al colectivo simply. ¿Qué dicen imitando las jetas enfurecidas de los altísimos cargos socialistas que han desertado despavoridos? ¿Qué sustituir “simply” por “tieso” es el summun del eufemismo? Vale. Pero me vale. Olvídenme y vayan a hacer un sudoku para agilizar las neuronas y luego ingieren ginko para prevenir el infarto cerebral y potenciar la memoria.

Aunque, tampoco es cosa de recordarlo “todo” y menos aún de tramar cábalas mentales, como es el caso de los célebres conspiranoicos que insisten en que, el follón inenarrable montado en torno a Belén Esteban y su hija Andreita, todo el circo mediático que arrastra cotas insospechadas de audiencia, no es más que “más de lo mismo”, cortina de humo y Operación Malaya-Maternal. ¿Recuerdan la coincidencia de la Malaya con el espinoso Estatuto Catalán y el comienzo del derrumbe económico? Pues ahora se largan primeros espadas de la talla de Solbes, por discrepancias gravísimas con Zetapé que parece guiarse por una brújula borracha y la “espantá” desaparece entre los arrebatos de la Esteban (¡Por mi hija, yo ma-to!”) y las tertulias donde ya no se leen los folios del sumario de la Malaya sino la carta del Defensor del Menor conminando a la Fiscalía a que “defienda” a Andreita, cuyos derechos inalienables pueden estar siendo conculcados por una madre que llora, rabia y lanza abominaciones desde los platós y el tema del marujerío es “la poca vergüenza del Defensor del menor que ya podía poner los cojones en cambiar la Ley del Menor y en quitar de las calles a los pederastas”.

¿Qué nos importa la “espantá” de los altos cargos socialistas? ¿Es que esos tipos nos iban a dar de comer? La Esteban pregona al lucero del alba y las marujas corean un ¡Presidenta, Presidenta! Que ha de dar repelús al mismísimo Poder. ¿Es el tema de la Esteban, como lo fueron las grandes Operaciones policiales televisadas en directo, un “pan, morbo y circo” para despistar al personal? Eso dicen los de la Teoría de la Conspiración. Pero la estrategia es errónea, porque, pasando tres pueblos y una autonomía de deserciones en masa, el populacho se subleva, nos comemos de rabia, echamos las túrdigas, nos ponemos negros, perdón, he querido decir “subsaharianos”, meamos sin echar gota por las flagrantes injusticias de los Poderosos. De esos mismos Poderosos que han logrado aunar a una buena parte del pueblo en una especie de “anarco-populismo” de novísimo cuño.

Por eso mismo, la “Asociación de los Niños Víctimas de los Pederastas”, de la que soy abogada, los padres, las madres y servidora, también madre, invitamos a Belén Esteban a compartir con nosotros una paella en la barriada de Mangas Verdes, en esa donde, unos pederastas liberados a los pocos meses, abusaron de un puñado de niñas, la mayor de ocho años, la menor de cuatro. Y el Defensor del Menor no nos hizo puto caso. Y cuando pedimos al Ministro un protocolo para atender a los niños cuando lleguen a las comisarías, nos hizo menos casos aún. Y enviamos el protocolo al PP que prometió ayudarnos y pasó de nosotros. Y el concejal no vino a la manifestación porque tenía el compromiso perentorio de una despedida de soltero.

¿Qué las ratas abandonan el barco? Que se vayan directamente a la mierda, que no lo harán, se irán a un puestazo. ¿Qué España va cuesta abajo, de culo y sin freno? No importa, aquí estamos los españoles para parar la caída con nuestros cojones. ¿Qué los Poderosos abominan del populismo? Favor que nos hacen, no compartirán ni una ración de la paella popular a la que hemos invitado a Belén Esteban. Y a nosotros nos tocarán más langostinos. Eso es.
 

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