Anunciar la palabra de Dios es tarea fácil, lo difícil es
conseguir que la sociedad vibre con ella. Esa comunidad de
feligreses, unidos bajo las parroquias, es este año
protagonista de la carta pastoral que ayer vino a presentar
el obispo a la ciudad. La apuesta del nuevo curso es andar
por un camino conjunto y en comunión hacia la palabra de
Dios y conseguir que la parroquia se involucre en ese
sendero. El responsable de Pastoral de la Diócesis de Cádiz
y Ceuta, Fructuoso Antolín, habla de lo humano y lo divino
en tiempos de crisis de fe y en una ciudad en que las
religiones deben compartir enseñanzas “y lo hacen”.
Pregunta.- Viene a Ceuta para presentar el Programa
Pastoral Diocesano. ¿Qué es la Pastoral?
Respuesta.- La palabra viene de pastor, de pastoreo. Se
trata de todo lo que se refiere a la labor de la Iglesia.
Cada parroquia apuesta por una pastoral distinta con
diferentes prioridades... es el trabajo que se hace para
acercar la figura de Jesucristo a la gente.
P.- Parece que esa figura está más alejada que nunca. ¿Es
en este momento más imprescindible la Pastoral que en otros?
R.- La Iglesia siempre ha existido para pastorear. El día
que se deje de llevar a cabo ese trabajo, no tendría razón
de ser. La Pastoral siempre se ha hecho y es necesaria.
P.- ¿Y cuáles son los objetivos para este nuevo curso?
R.- Este año el objetivo principal es que la parroquia vive
una renovación constante y sea misionera y evangelizadora de
la vida de Jesucristo.
P.- Evangelización, misiones...el brazo de la Iglesia es
extenso... ¿pero y sus manos? La falta de vocaciones es un
problema palpable. ¿Cómo podemos abordarlo?
R.- La evangelización es tarea de todos, no sólo del cura,
sino de toda la parroquia. Los seglares tienen mucho que
aportar con su carisma y su manera de ser. Todos somos
responsables.
P.- Con la crisis económica ha disminuído la brecha de la
crisis de la fe?
R.- La crisis ha existido siempre pero los medios de
comunicación en la actualidad favorecen que haya más
increencia. La crisis económica aborda muchos problemas
incluso el social, donde aparece la Iglesia para dar
respuesta a esas carencias. Ahora, ¿la crisis de fe?:
también ha existido siempre pero todo el mundo cree en algo.
La distinción de la fe del cristiano es que puede descubrir
a Dios en los acontecimientos cotidianos, el las personas...
y esa es la auténtica fe. Querer al que no te cae bien,
ayudar al desvalido... eso es Dios y es lo que te lleva al
más allá. Incluso el ateo cree. No en un sólo Dios, quizá en
muchos. El dinero, la política... Lo malo del que pierde la
fe es que el que ha dejado de creer en un sólo Dios empieza
a creer en otros, decía Chesterton.
P.- Hay veces que la Iglesia no consigue transmitir esas
palabras. ¿Dónde radica el problema?
R.- Humildemente hay que reconocer que tenemos las ideas
claras pero no sabemos ponerlas en práctica. Hay que caminar
y renovar constantemente sabiendo que nunca vamos a ir por
delante de la sociedad porque estamos aquí para darle
respuesta. El poder del Evangelio es su capacidad para decir
una palabra a los hombres de todos los tiempos. Pero decirlo
a los del siglo pasado o a los de ahora es distinto. Sabemos
que hay valores, por ejemplo en los jóvenes como el del
compañerismo, la amistad de la que tanto necesita y se
refleja incluso en el botellón... ofrecerles el mensaje de
Jesús parte de estar ahí a su lado.
P.- ¿Es quizá más participativa la vida parroquia ceutí
que la de cualquier otra región?
R.- Cada parroquia es diferente y lleva un ritmo distinto
con su propia idiosincracia,... lo que le marca la vida, así
de sencillo, no hay que darle más vueltas.
P.- En la religión musulmana parece que la crisis de fe
no es tan acusada como en la cristiana. ¿Cree que el Islam
podría enseñar al cristianismo ese tipo de valores?
R.- La fe del cristiano es el seguimiento de Jesucristo.
Aquí hablamos de dogmas diferentes. Pueden darnos mucho
ejemplo al igual que nosotros a ellos. Ejemplo de como se
toman en serio sus rezos, su piedad... pero nosotros podemos
ayudarles a ser más abiertos, más dialogantes, a que sepan
que Dios está en el mundo entero aunque sean distintas
religiones las que le profesan... pero Ceuta es ejemplo de
ciudad abierta en la que se han llevado encuentros de este
tipo y en la que no he visto ningún fundamentalismo.
P.- ¿No se cansa de trasladar esa palabra de Dios y que
gran parte de la sociedad haga oídos sordos??
R.- Hay momentos en que uno se pregunta si tiene sentido,
pero el entusiasmo que tengo con Jesucristo desde que hace
40 años decidí entregarme a su camino y a enseñar su palabra
y mostrarlo a la gente, da fuerzas. A mi me hace feliz ésto,
hacer feliz al otro.
P.- ¿Usted no ha tenido nunca crisis de fe?
R.- Dudar de Jesucristo no, pero hay veces en que el ánimo
es menor para el desempeño de la labor.
P.- ¿Alguien terrenal que se acerque a lo divino?
R.- Ahora mismo estamos inmersos en el Año Sacerdotal y nos
han propuesto como ejemplo a un cura de parroquia, San Juan
María de Viazney, que se dedicó toda su vida a hacer cosas
por su gente.
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