Un equipo de EL PUEBLO ha visitado los polígonos del Tarajal
y ha comprobado el estado de las medidas que se llevan
aplicando desde el fallecimiento de dos porteadoras el
pasado mes de mayo, adaptadas también a las necesidades del
mantenimiento de los negocios de los comerciantes instalados
en la zona. Las medidas de filtro establecidas por el Cuerpo
Nacional de Policía y los distintos corredores, separados
por sexos, creados para porteadores, junto con las adoptadas
para el tráfico de personas y vehículos de la Policía Local
logran seguridad y fluidez al mismo tiempo. La acumulación
de desechos dejados por porteadores y comerciante por
doquier sigue siendo una asignatura pendiente para un
recinto privado con el que colabora con numerosos medios las
administraciones
Los polígonos del Tarajal continúan con su incesante
actividad comercial de carga-porteador-descarga pero a un
volumen tres veces menor de lo que estábamos peligrosamente
acostumbrados.
Los miembros de la UIP y de la UPR adscritos a la Jefatura
Superior de Policía filtran en varios ‘check-point’ dentro
de los propios polígonos que los porteadores y porteadoras
cumplan los requisitos de seguridad dentro de ese curso de
riada humana, ahora muy controlada, que se produce a diario.
Las mujeres por un sitio, los hombres por otro e impidiendo
sistemáticamente el acceso a las hileras a aquellos o a
aquellas cuyos bultos superan con creces el volumen
corporal. El caso de las dos muertes sucedida en esta zona
hace unos meses ha provocado que los agentes, por orden
expresa de la superioridad y en virtud de las nuevas medidas
establecidas, sean absolutamente inflexibles. Es más, a
estas personas, ellos o ellas que aún así persisten en ir
cargados en exceso, se les aparta y se les lleva a una zona
de espera próxima a la salida lateral que accede
directamente por el Tarajal. Finalmente será por allí por
donde salgan aunque los aduaneros marroquíes no están
siempre dispuestos a permitir que estos accedan cargados por
ese punto.
Las jornadas transcurren, de este modo, tranquilas. Los
porteadores parecen haber captado el mensaje y los filtros
intensos a este lado de la frontera logran que en el
interior de los polígonos haya espacio para todos. Los
porteadores deambulan cargados en fila por el muro
perimetral en un circuito creado al efecto y marcado por
vallas (aun no están las definitivas cuyo montaje y coste
será de la Ciudad) al objeto de dejar amplio espacio en las
calles para el paso de clientes e, incluso vehículos tal y
como solicitaban los comerciantes en una de sus múltiples
demandas a las administraciones.
Falta aún por instalar la zona protegida para los
porteadores, que aún deben ser azuzados para que cumplan con
las medidas de seguridad. Tarea que corresponde a los
agentes de la UIP en una labor de control que resulta
realmente incómoda y, a veces, hasta desagradable. Hay baños
públicos en un punto concreto del Polígono, pero cualquier
lugar tras un vehículo parece ser el aliviadero fisiológico
más utilizado por los cargadores. Los efluvios y el calor en
estas épocas son aliados perfectos para generar un estado de
fatiga razonable en los agentes quienes aguantan con
estoicismo de campeón el tipo. Así se vive un día cualquiera
cerca del Biutz.
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La Policía Local controla los horarios de
acceso de vehículos a los polígonos
Es una de las medidas aprobadas y
adoptadas desde finales del pasado mes de agosto. El acceso
de vehículos está restringido. Sólo los de pequeña carga y a
una velocidad de no más de 20 km/h. La situación de absoluto
control de los porteadores en los pasillos-corredores
creados para ellos posibilita que vehículos en general y de
pequeña carga accedan al interior de los polígonos incluso
al mismo tiempo que la clientela general (no porteador) que
acude a pie. En cualquier caso este punto aun puede mejorar
después de lo visto en el último paseo que un equipo de EL
PUEBLO se dio por la zona. Todo sea porque los comerciantes
tengan todo a gusto de sus peticiones. El ir y venir de
coches patrulla de la Local por este área también es
constante en detrimento, seguramente, de otras zonas de
Ceuta más huérfanas de presencia policial. Todo sea otra vez
para que los comerciantes puedan desarrollar su actividad.
Las naves consigna aún existen (en menor medida), pero el
submundo de negocios de escaparate también. La Consejería de
Fomento continúa con las inspecciones y el control de
actividades.
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