Está en el camino de la reducción
y si no en el de la desaparición es, porque se ha extendido
tanto, que transcurrirán muchos años hasta que su uso se
haya extinguido.
El análisis de este “producto” tan del uso de todos da unas
cifras que podemos tildarlas de escalofriantes, por cuanto
cada habitante en España usa cerca de 240 bolsas al año. Y
no es extraño, porque salvo en aquellos establecimientos que
han tenido la buena ocurrencia, para tener menos gastos, de
cobrar esas bolsas, en las demás partes, incluso cuando uno
va a comprar un solo periódico, pide una bolsa, para así no
mancharse la mano con la tinta del periódico, además de que
al ser gratis ya tiene un recipiente más donde poder echar
otros productos que le parezcan bien, sin costarle nada.
Y es que la llegada de este tipo de bolsas dejó obsoleto
para siempre el papel de estraza en el que te envolvían el
pescado fresco, el bacalao, el pimentón de la Vera o
cualquier otro producto que hubieras comprado en un
establecimiento de ultramarinos. En otros tipos de comercios
te ponían un papel más bonito y fino, pero papel, sin más.
Al llegar este “envoltorio”, que no hacía falta envolver,
era la nueva moda que se extendió a pasos agigantados a lo
largo del último medio siglo.
¿Y ahora qué?. Eso dependerá, en primer lugar de la
concienciación de la ciudadanía, si es que es capaz de darse
cuenta de que el ecosistema se está degradando, cada día
más, con este tipo de productos que tardan en destruirse
unos cuatrocientos años.
La historia, cuando hayan pasado seiscientos o setecientos
siglos, es posible que encuentre restos de nuestros días en
alguna de esas bolsas en las que un día hemos llevado unos
pimientos morrones o unas cerezas del Valle del Jerte.
El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta está en el
proyecto de la eliminación de tales bolsas y en la
contribución al cuidado del ecosistema marino que está muy
afectado en Ceuta.
Es más, la Consejería de Medio Ambiente está ultimando una
campaña en la que se van a invertir 6000€, o lo que es lo
mismo un millón de las antiguas pesetas para la fabricación
y reparto a los empresarios de Ceuta de unas 2500 bolsas
revertibles.
Por algo se empieza y la coordinación de la campaña de
“concienciación de la ciudadanía y el empresariado del uso
de estas bolsas”, correrá a cargo del Centro Comercial
Abierto.
Habrá, pues, reparto de bolsas de fécula de patata, bolsas
que son biodegradables y que tardan en desaparecer, tan
sólo, 180 días, dicen los expertos.
Y si esto es el principio, el próximo año se seguirán las
directrices europeas para que este consumo quede reducido a
la mitad.
Ya sería algo si se logra esa reducción, puesto que España
que ocupa los primeros lugares en pocas actividades, está en
tercer lugar en el ranking de este consumo, casi siempre
gratis, excepto en escasas cadenas comerciales.
Muy en breve ya, en las próximas Navidades, Ceuta iniciará
el programa de la eliminación de este producto, tan usado en
el mercado, que ocupa poco lugar, pero que está siendo
nefasto para la conservación del ecosistema. No hay día que
pase que no encontremos algún invento nuevo que es
perjudicial.
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