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OPINIÓN - SÁBADO, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

La era de las obras
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Sin lugar a dudas, en estos momentos la auténtica realidad que nos encontramos en cualquiera de las ciudades que visitemos, es que cuesta Dios y ayuda poderlas cruzar por los itinerarios más normales, puesto que, donde menos lo puede esperar uno, aparece una zona en obras y la calle en cuestión está cortada.

Es el síndrome de remozamiento de las ciudades, la ilusión de hacerlas más modernas, más cómodas y la forma de que muchos ayuntamientos se hayan endeudado hasta las cejas.

El primer choque ante esta realidad nos lo encontrábamos hace varios año en Madrid, que en busca de unos “posibles” juegos olímpicos y con esa perspectiva, una carretera nacional estuvo cortada no sé cuantos meses, un río se hizo desaparecer y varios kilómetros de ruta se hacían insoportables para la circulación.

Ahora, la obra faraónica de Ruiz Gallardón ya está concluida, la comodidad es mucho más grande, la zona donde hubo tantas obras y atascos se ha revalorizado, y como las obras son caras y hay que pagarlas, una serie de radares controlan “sin piedad” la circulación allí y el que se extralimita de los 70 kilómetros por hora ya sabe que le llegará a casa la “receta”. Hablan de más de medio millón de denuncias ya por haberse saltado el límite de esos 70 kilómetros, con lo que una parte del coste de la obra ya se ha recuperado. Con esto no quiero dar ideas a nadie.

Madrid, en todo, va por delante, pero los demás no se quieren quedar atrás y aunque todos hablan de las incomodidades, las obras se presentan como las incomodidades necesarias para poder mejorar y me quedo en esto, únicamente.

Ceuta no podía ser una excepción y eso cuando más se nota es cuando comienza el curso escolar, especialmente a las horas de entrada y salida a los colegio e institutos. A esas horas, se viva donde se viva, a uno le resulta más rentable en tiempo y en gasto, ir andando que ir en coche, porque los atascos suelen ser monumentales y agravados por el hecho de que en Ceuta no hay alternativas posibles de ir por otras partes, para esquivar esos atascos del centro.

Para paliar, o intentar paliar, eso, desde la casa madre, se intenta, ya desde estos días, que ciertas zonas, como el distrito 1, se hagan más transitables, mirando especialmente a los escolares en el comienzo del curso.

El comienzo del curso, pues, ha forzado al Gobierno de la Ciudad a cumplir o a intentar cumplir sus compromisos, coincidiendo con las horas de entrada y salida. Estas calles, por tanto, aun en obras, se intentan hacer más transitables y la circulación, mientras no comiencen las lluvias se aliviará bastante.

Aquí estamos en el cumplimiento de un compromiso, pero si hay obras, de verdad, ya veremos como se pueden atender las dos alternativas de seguir con las obras y que la circulación sea más ligera.

Me agradan las buenas intenciones, pero lo que no sé es si, al mismo tiempo, se puede atender a dos situaciones tan enfrentadas. Una multiplicación de los “panes y los peces” que puede dejar con hambre a todos.

En esto, Ceuta, ni aunque lo pretenda, va a ser distinta de Valladolid, con gran parte de la ciudad en obras o de Salamanca que en plenas ferias tiene “levantado” el centro de la ciudad. Es lo que traen las obras, primero molestias y luego, si se hacen bien, comodidad.
 

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