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sociedad - SÁBADO, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2009


La familia frente el Ayuntamiento. f.r.

petición
 

Por momentos de desesperación

Una familia ceutí acampó ayer frente al Ayuntamiento para pedir que le devolviesen
la luz en su vivienda de alquiler en la cual llevaban dos cuotas sin pagar a pesar
de que compaginaban dos prestaciones sociales para el arrendamiento
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Eran las doce y media de la mañana cuando las nubes no tenían muy claro si querían descargar el agua que les pesaba pero eso les daba igual. Mochilas a la espalda, bolsas de comida, tienda de campaña y frente al Ayuntamiento una pancarta que exigía a la Ciudad Autónoma que le devolviesen la luz que durante dos meses se había apagado.

Según narraba el protagonista de la acampada, Salvador Peña, sus últimos años de vida se habían resumido en despidos improcedentes, acoso laboral de jefes y compañeros, y resoluciones judiciales que le favorecían pero no habían impedido que su familia siguiera padeciendo miserias, lo que les motivó ayer, por desesperación, a llamar la atención de todos los transeúntes, con los pequeños a cuestas y lágrimas en los ojos dando cuenta y señalando un motivo que nada tenía que ver con la realidad aunque cuando falta la sonrisa de un niño, todo es poco para devolvérsela y tal vez fuera eso lo que motivó a esta familia a lanzarse a la calle en busca de ayuda. Una ayuda que llegó, con comprensión y paciencia, a pesar de los goterones. “Esta familia es usuaria de los Servicios Sociales desde 2006 y se les había suspendido el pago del alojamiento alternativo porque también se beneficiaban de otra ayuda incompatible procedente de la Dirección General de la Vivienda”, aclaraba la consejera de Asuntos Sociales, Carolina Pérez.

Y es que durante la concentración a las puertas del Palacio Autonómico, la responsable del área no tuvo más remedio que tomar cartas en el asunto y entrevistarse con la familia viendo que esta llamada de atención era injustificada puesto que la realidad no tenía nada que ver con lo denunciado por esta familia, que señalaba a la Consejería argumentando que “nuestros hijos no tienen agua caliente y padecen bronquitis. Nos han hecho la vida imposible y no tenemos trabajo y lo único que pedimos es que nos devuelvan la luz”, aclaraba la familia de Peña.

Al parecer, la vivienda de la familia era de alquiler y el arrendatario propició el corte de luz ya que existían deudas de dos mensualidades que la familia no pudo pagar al dejar de percibir la prestación social de 432 euros. “Se les suspendió el pago porque al pedirle justificantes de gastos de las dos ayudas que recibían, no los tenían. Además, se les estaba estudiando una ayuda puntual para medicamentos y enseres que solicitaron hace dos días. Y el problema con el arrendador no tiene solución y nosotros no podemos hacer nada porque lo que le aportábamos era el ochenta por ciento del alquiler”, expresaba Pérez.

Y es que cuando las carencias llaman a la puerta, la desesperación ahoga y dos criaturas miran con ojos indefensos, cualquier reivindicación, certera o no, es muy poco. Aunque, por buena fortuna, las palabras no entienden de actos. “Me he entrevistado con ellos, les he comentado todo, les he recomendado que cambien de vivienda y se les seguirá ayudando porque sabemos que están necesitados. Pero tampoco es justo que nos señalen cuando han acabado pidiendo perdón. Pero claro, en momentos de desesperación, se termina sin ver la realidad”, finalizaba la consejera de Asuntos Sociales tras el episodio.
 

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