La información suele ser una víctima propiciatoria incluso
en una democracia, en época de paz y en un escenario tan
conocido y público como la barriada ceutí del Príncipe. Que
de una visita histórica (se han cansado de repetir las
autoridades), como la de un comisario europeo a esta Europa
tan Europa que es Ceuta a una de las barriadas más
importantes desde el punto de vista de la inversión europea
no exista testimonio periodístico han de agradecerlo los
ciudadanos ceutíes y europeos y del mundo y la historia al
responsable de Prensa de la Ciudad encargado ayer de
“desviar” la ruta de los periodistas.
Primero fue, mediante nota de prensa oficial, que nos
llevarían en un “minibús”, vehículo que a las 9 de la mañana
del día siguiente, o sea, ayer, se convertiría por arte de
magia, o de incompetencia organizativa o mala leche, en un
“macrobús” que, por supuesto, no cabía por las calles del
Príncipe. En estas, nos quitamos de encima de un plumazo
-pensaría alguno- a un buen número de incautos informadores.
Pero no quedó ahí la cosa, porque si alguno decidiese,
precisamente con el fin de poder hacer su trabajo,
desplazarse con sus propios medios a la importante barriada
con tan importante motivo como una visita histórica, ¡oh,
sorpresa!, podía encontrarse directamente con la mentira
“oficial”: -”No, por ahí no, por acullá”.
Eso sí, ellos mismos se hicieron al menos las fotos, con su
perspectiva y su encuadre..., para la historia oficial.
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