El PP a veces tiene ideas interesantes que no sabe comunicar
con eficacia y que acaba perjudicándole a la corta, a la
media y a la larga. En los últimos años ha perdido batallas
con el PSOE casi a diario y guerras anualmente. Le falta la
picardía y el arte de la maldad que sí gastan los
socialistas, algo similar a lo que le sucede a aquellos
equipos que, aun carentes de argumentos, sacan los partidos
a base de experiencia, al contragolpe y con penalti injusto
en el último minuto. Sucedió en el 11-M: consiguieron que
toda España interiorizase que el PP mintió deliberadamente,
cuando la única manipulación la protagonizó la SER,
convocando a sus paramilitares antisistema a las puertas de
Génova un día antes de las elecciones y cuando se había
destapado el pastel de que fueron los radicales islamistas y
no ETA quienes efectuaron la matanza de 192 cuerpos y miles
de almas. Luego ocurrió con De Juana Chaos, que provocó
manifestaciones airadas a las que solo acudió la derecha,
gracias a la gran disciplina de voto que guardan los progres
para con el dictado de ‘Moisés’ Zapatero. No hicieron lo
mismo los votantes del PP, que sí salieron a la calle para
abuchear la reunión del trío en las Azores.
El PP, acomplejado y situado al otro lado de la pista ve
venir las bolas, pero de fáciles y cómodas, acaba tirándolas
fuera y perdiendo puntos y sets. Apenas ha sacado tajada de
la crisis y, por si fuera poco, el PSOE, con el altavoz de
El País y Público, ha logrado dársela con queso a base de
trajes de chaqueta, Bárcenas y esposados públicos entrando
al furgón como trofeo policial, haciendo opaca cualquier
miseria socialista, que seguro las hay, aunque salgan sin
esposas, y con camisa y pantalón recién planchados.
El PP, que suele mirar por el futuro en la educación de los
niños y adolescentes, ha propuesto evitar que los menores de
edad anden con tuenti a todas horas. He escuchado a
tertulianos de radio argumentar que la propuesta terminaría
generando en artimañas de los niños para disponer de tuenti
al igual que sus idolatrados mayores de edad. No obstante,
el filtro disuadirá a algunos de engancharse al ordenador y
obligará a otros tantos a agudizar su instinto, al menos,
para acceder a unas redes sociales que presentan un mundo
adolescente carnal, pornográfico y carente de una expresión
lingüística formativa.
El PP sigue teniendo buenas ideas, pero lanza una nueva bola
debilitada y sin efecto. El PSOE, sin embargo, verá en esta
bola el mejor momento para atraerse a la adolescencia,
asegurando que son ellos quienes defienden la libertad y el
PP quien la restringe, anteponiendo la picardía y la
experiencia al sentido común y la honestidad. Así, así, así
gana el Madrid.
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