Parece que será quien juzgue sobre
el asesinato de Marta del Castillo. Esa, el menos, es la
idea que tiene el fiscal superior.
Será una buena forma de intentar hacer justicia, desde el
pueblo, sobre un hecho que tiene conmocionado a todo el
país, por la frialdad y la forma de comportarse el
“presunto” asesino.
Jesús García Calderón, fiscal superior de Andalucía, señaló
hace unos días que “comparte” el criterio del juez, en el
sentido de que los cuatro mayores, imputados en el
asesinato, desaparición, y la mofa constante que se traen
ante todo tipo de instituciones, desde enero pasado, en
torno a Marta del Castillo, sean juzgados por un jurado
popular.
Y desde aquí decimos que cuanto antes sean juzgados mucho
mejor, para ver si queda claro de una vez, donde está el
cadáver, si es que la chica fue asesinada, y por qué esa
forma de reírse de todo un país, dando cada día unas pistas
diferentes, que siempre resultan falsas.
Este caso, sin lugar a dudas, va a pasar a la historia de
nuestro país como el más grande de los desprecios y burla
hacia la Justicia, hacia los sistemas de seguridad y hacia
todo el pueblo español, sin ningún tipo de escrúpulos, que
no debiera ser propio de unos jóvenes como son esos.
La sangre fría y calculadora, del principal encausado en los
hechos, no tiene que ser vengada, pero sí tiene que recibir
todo el peso de la Justicia, en primer lugar por el hecho en
sí, y en segundo lugar por esa continua mofa, a lo largo de
muchos meses, ocasionando un desconcierto total en los
servicios policiales y una dramática situación en los padres
de Marta del Castillo, desde aquel fatídico día de enero.
La Ley, lo hemos dicho muchas veces, no es que tenga que ser
más dura o menos, tendrá que ser totalmente justa y, no nos
cabe la menor duda que en este caso el peso de la Ley será
inflexible y si el pueblo habla, esa inflexibilidad será
todavía mayor.
García Calderón ha manifestado que la Fiscalía Superior ha
analizado la “tendencia jurisprudencial más reciente” sobre
estos casos, con lo que es del parecer que el procedimiento
se tendrá que sustanciar ante el tribunal del jurado.
Naturalmente que con un tribunal del jurado no se les va a
devolver a sus padres a Marta del Castillo, pero lo que sí
se va a demostrar es que el pueblo, sin conocer las leyes en
la profundidad que las conocen los jueces, con su sentido
común sabrá valorar y enjuiciar este asunto que ha hecho
correr ríos de tinta y que desde enero tiene sin consuelo a
los padres de esta jovencita sevillana.
El fiscal superior, con una sensatez y un aplomo, dignos de
todo encomio, ha reiterado que no sólo es conveniente que se
juzgue por un tribunal popular, sino que es lo establecido
en el marco procesal y normativo. Más claro no se puede
hablar y con más razón, tampoco.
Ahora mismo, y a la espera de que llegue cuanto antes ese
juicio, muchos en este país, yo el primero, quisiéramos ser
miembros de ese jurado, y no es por venganza, nada de eso,
sino por ser partícipes, a la hora de impartir Justicia en
un hecho sin precedentes, en muchos años de historia.
Un joven, Miguel Carcaño, asesino confeso de esta jovencita
de Sevilla, no puede ser visto más que como un auténtico
canalla, burlador de todas las normas de un Estado de
Derecho.
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