Los hechos se produjeron el 29 de abril de 2008 entre las
once y once y media de la mañana cuando detuvieron al
imputado. Según explicaron los agentes de la policía,
constaba una denuncia de hurto de un ordenador portátil en
uno de los establecimientos Vodafone de la ciudad autónoma.
El acusado explicó que lo había comprado en la calle por 300
euros a otra persona sabiendo que era robado. No obstante,
al llegar a la Comisaría para tomarle declaraciones e
iniciar las diligencias correspondientes al procedimiento,
el acusado amenazó levemente a los agentes de la autoridad.
Por tales hechos, el magistrado del Juzgado de lo Penal
número dos dictó ayer sentencia condenatoria contra este
sujeto que respondió por un delito de receptación y una
falta de injurias.
Por dicho delito, el procesado debía cumplir seis meses de
prisión que finalmente fueron sustituidos por una multa de
720 euros. Y por la falta, que en un principio figuraba en
el escrito de acusación del fiscal como un delito contra el
orden público, deberá abonar otros veinte euros.
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