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OPINIÓN - MARTES, 8 DE SEPTIEMBRE DE 2009

 
OPINIÓN / COLABORACION

Hablando de la Energía ...

Por Ignacio Azcoitia Gomez


Desde que estalló la crisis económica se ha intentado analizar sus orígenes, sus causas, su duración, y sobre todo las medidas necesarias para comenzar a plantearse la salida de esta difícil situación. En el estudio de estas variables, aparecen siempre algunos factores, denominados estructurales, que son propios de la economía española. Así hablamos de la dependencia energética del petróleo de nuestra economía, del déficit exterior, o de la baja productividad de la economía española.

Estas características decimos que son estructurales porque su existencia viene de muchos años atrás, y los sucesivos gobiernos no han podido o no han querido adoptar medidas que fueran en la dirección de arreglar estos graves desajustes.

Pero centrémonos en la Energía y su escasez, lo que nos obliga irremediablemente a acudir a obtenerla, en gran medida, en el exterior lo que lleva aparejado nuevos problemas de garantía de suministro y precio.

Una sociedad moderna y desarrollada, como la nuestra, necesita un suministro de energía estable y barato. Estable pues es necesario para el funcionamiento de nuestro modo de vida y barato por que al ser un elemento básico y que todos necesitamos, en mayor o menor medida, tiene que tener un precio asequible a la generalidad de los ciudadanos.

Y esto debe ser así necesariamente, ya que el crecimiento demográfico de la población a nivel mundial y el propio desarrollo de los países hace inviable cualquier tipo de organización social con una energía derivada de la existente en la naturaleza sin ninguna transformación. Puede valer como ejemplo de esta situación, la existencia de tribus amazónicas que viven en equilibrio con la naturaleza que les rodea, o la existencia de grupos aislados, que bajo una filosofía naturalista, también viven en equilibrio con la naturaleza. Pero, que ocurriría si esos grupos humanos vieran aumentar su población de manera significativa o su demanda de servicios de todo tipo. Parece evidente que los problemas que tendrían serían los mismos que los nuestros y habría que empezar a estudiar como solucionarlos.

Pero entremos en profundidad en el concepto de Energía y en las ventajas e inconvenientes que presentan cada una de ellas, a los efectos de poder valorar cual podría ser la estructura del consumo de las diferentes fuentes de energía a consumir en España.

Las fuentes de energía se dividen en dos grandes grupos: permanentes o renovables y temporales o no renovables. Se denomina energía renovable a la que se obtiene de fuentes naturales virtualmente inagotables, bien por la inmensa cantidad de energía que contienen, bien por que es capaz de regenerarse por medios naturales. Se denomina energía no renovable a aquellas cuyas reservas son limitadas y se agotan con su uso.

A su vez, las fuentes renovables de energía pueden dividirse en dos categorías: limpias y contaminantes. Ejemplos de energías limpias serian la energía solar, eólica, hidráulica, geotérmica, etc. Ejemplos de energías contaminantes serían las obtenidas a partir de la materia orgánica o biomasa y se pueden utilizar directamente como combustibles, si bien mantienen los mismos problemas que la energía producida por los combustibles fósiles, es decir en la combustión emiten CO2 a la atmósfera.

Por otro lado, las fuentes de energía no renovables, al ser limitadas se agotarán con su uso, las principales son la energía nuclear y la obtenida de los combustibles fósiles: el petróleo, el gas y el carbón.

Llegados a este punto, es preciso analizar cuales son las características de cada tipo de fuente de energía, es decir sus ventajas e inconvenientes, y por último relacionarlo, a su vez, con su coste de producción y/o transformación. Y este es el verdadero meollo del asunto, porque la elección de la mejor alternativa de nuestra estructura de consumo de energía, es la decisión más compleja que tiene que tomar el gobierno de nuestro país, en el ámbito de la energía.

Veamos con mayor detalle:

-Fuentes de energía renovables limpias. El sol, viento, mareas, hidráulicas, etc., son, en principio inagotables. Sin embargo la capacidad de producción depende de que se den las circunstancias meteorológicas adecuadas, días soleados, viento, lluvia, por lo que resulta difícil garantizar la producción. Sin embargo España es un país especialmente apto para estas energías.

Otros problemas son la intensidad de la energía producida, relativamente baja para las necesidades de la industria y los servicios, y la capacidad de almacenar la energía producida con estas tecnologías. Si bien es posible que la investigación, en el futuro, pueda ir solucionando estos inconvenientes.

Por supuesto, su mejor virtud, es que no producen emisiones de gases a la atmósfera, y por tanto su efecto sobre el clima y el entorno es nulo. No obstante, los más pesimistas, critican el efecto de los aerogeneradores sobre el entorno, creando la denominada contaminación paisajística.

-Fuentes de energía renovables contaminantes. Son las que se obtienen a partir de la materia orgánica o biomasa y se pueden utilizar directamente como combustible, o convertida en bioetanol, biogas o biodiesel.

Si bien están catalogadas como fuentes de energía renovables, existen serias dudas sobre la capacidad de la agricultura para proporcionar la cantidad de vegetales necesaria, si su uso se populariza. Por otro lado, ya se ha producido un incremento de los precios de los cereales, ante la mayor demanda para su uso como biocombustibles.

Por último, en su producción y su combustión, emiten gases a la atmósfera, al igual que los combustibles fósiles, por lo que su efecto sobre el clima y la atmósfera es perjudicial.

-Fuentes de energía no renovables. Son aquellas que se agotaran con su uso. Por sus diferencias esenciales las clasificamos en dos tipos: la energía nuclear y la obtenida de los combustibles fósiles.

La energía nuclear se obtiene a partir de la fisión de átomos de uranio y como consecuencia de la reacción nuclear se puede producir energía eléctrica sin limitaciones de intensidad ni de las condiciones meteorológicas. El uranio está en la naturaleza, y aunque por su propia existencia es limitado, si existe en cantidades mas que razonables.

Los problemas del uso de la energía nuclear provienen de la seguridad, ante un posible accidente en la central nuclear, y de los residuos radioactivos que se generan del funcionamiento de la central.

Al no emitir gases a la atmósfera, su efecto sobre el clima es nulo y la contaminación es inexistente.

La energía obtenida de los combustibles fósiles, deriva del petróleo, gas natural y carbón y representan la base de la energía consumida en el mundo desde la invención de la máquina de vapor por James Watt, a finales del siglo XVIII. La utilización masiva de esta fuente de energía ha generado los graves problemas de contaminación y cambio climático con los que hoy convivimos en el mundo actual.

Pero si algo caracteriza a los combustibles fósiles, por su propia naturaleza, es su existencia limitada, en algún momento se acabarán y ese momento está más próximo que tarde. Nadie lo sabe con exactitud, pero el abanico oscila desde un mínimo de 40 años hasta un máximo de doscientos años, después de ese tiempo la capacidad de producir energía de los combustibles fósiles se habrá acabado.

Mención especial merece el petróleo, que además de los problemas genéricos de los combustibles fósiles, tiene otros añadidos, así ante la existencia de los yacimientos petrolíferos en un reducido número de países hace que España tenga que comprarlo en el exterior. Ello genera dudas ante la garantía de suministro – habría que recordar los graves problemas de abastecimiento generados en el mundo occidental a raíz de la guerra de los seis días – y como consecuencia de lo anterior la enorme volatilidad de los precios del petróleo cuya demanda no suele verse alterada por incrementos de precios, ante la imperiosa necesidad de su abastecimiento.

Pero además, al no poseer España yacimientos de petróleo, hay que importarlo del exterior y pagarlo en dólares, lo que genera a su vez un grave problema de desequilibrio de nuestra balanza comercial, que se agrava en los momentos en que el precio del petróleo alcanza los picos más elevados.

Y de momento no hay más. La investigación intenta descubrir nuevas mejoras y avances en las energías renovables y en la nuclear que puedan minimizar sus factores negativos que ya hemos expuesto.

Este escenario de las fuentes de energía no quedaría completo, si no lo relacionáramos con los precios de la energía, medidos en relación al coste de producir 1 Megawatio/hora de electricidad. Aunque no todo el mundo se pone de acuerdo en relación con el valor de este coste, ya que existen dudas sobre la inclusión en él de todos los conceptos necesarios para valorar su producción. Así existen dudas sobre la inclusión del valor de las subvenciones en al cálculo del coste de la energía fotovoltaica o la inclusión del coste del almacenamiento durante 400 años, como mínimo, de los residuos radioactivos generados por la energía nuclear.

En cualquier caso y aunque sea a mero título orientativo, los costes de producir 1 Megawatio/hora de electricidad en función de la fuente de energía utilizada se estima que sería los siguientes:

Energía nuclear: 36 Euros.

Energía hidráulica: 45 Euros.

Energía del carbón: 52 Euros.

Energía del petróleo: 50 Euros.

Energía del gas: 60 Euros.

Energía eólica: 84 Euros.

Energía solar: 430 Euros.

Por último, veamos cual es la estructura, en porcentajes, del consumo de fuentes de energía en España, según su origen:

Carbón : 12%.

Petróleo : 50,3%.

Gas natural : 18%.

Nuclear : 11,1%.

Renovables : 8,3%.

Saldo exterior : 0,3%.

Total : 100,0%.

Lo primero que llama la atención es el peso tan importante del petróleo, que curiosamente es el que mayores problemas presenta y que ya hemos comentado. Así, dependencia del exterior y efectos negativos sobre la balanza comercial, volatilidad del precio, garantía del suministro y efectos contaminantes muy graves sobre el medio ambiente y el cambio climático.

También es significativa, la baja participación de las energías renovables, teniendo en cuenta que incluye la hidráulica, y los grandes esfuerzos inversores de las empresas y de subvenciones del estado.

En cuanto al carbón, como fuente de energía, está en retroceso, y el gas natural es difícil que pueda alcanzar mayor porcentaje de participación, ya que su incremento requiere grandes inversiones en infraestructuras para el transporte del combustible.

Llegados a este punto la pregunta es:¿Cómo conseguir disminuir el peso del petróleo en nuestra estructura de consumo y disminuir así los problemas que esta fuente de energía implica?

Y esta es la decisión más importante que tiene que tomar nuestro Gobierno, en el ámbito de la energía, para garantizar, como decíamos al principio, un suministro de energía estable y barato a todos los ciudadanos y empresas de nuestro país.

Sin embargo esta decisión, en mi opinión, está predeterminada a favor de la energía nuclear. Es la más barata y su producción es estable, sin dependencia de factores climáticos y sin generar contaminación por CO2. Sus riesgos, en cuanto a residuos y accidentes, están siendo disminuidos drásticamente en base a grandes avances en investigación sobre reciclaje y reutilización del combustible.

La última decisión que habrá que tomar se refiere a donde producirla. Solo tenemos dos opciones, construir en España centrales nucleares o importar la energía nuclear de países de nuestro entorno, generalmente Francia. Pero si esa energía importada, va a ser de origen nuclear, mejor será fabricarla en España, ya que supondrá grandes inversiones, creación de puestos de trabajo cualificados y el precio de la energía producida siempre será menor que si la compramos a otros países.
 

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