El debut de la Asociación Deportiva Ceuta en el ‘Murube’ no
dejó contento a nadie. Su juego no convenció y dejó muchas
dudas. El Ceuta presentó hasta cinco novedades en relación
al primer partido de liga, demasiadas para un equipo que no
tiene un banquillo profundo y que lo pudo notar.
Ni acierto ni concierto, podria definir este debut. Sólo en
el primer cuarto de hora fue un equipo, luego... No supo
aprovechar su superioridad numérica para hacer en bandas dos
contra unos o buscar las espaldas a los defensores. No tuvo
tranquilidad y careció de acierto en los metros de la
verdad. Se notó la falta de un organizador o pasador capaz
de dar el último pase, tan importante en el fútbol cuando
una defensa se cierra.
Hubo escasas ocasiones de gol y el Sangonera con muy poco se
llevó tres puntos. Esto vuelve a sembrar dudas en una
afición que volvió a salir decepcionada y con pocas ganas de
hablar de fútbol.
Careció el equipo de Orúe de rapidez, de profundidad y de
ideas, un problema que ya se le vio en su debut en Murcia y
se le volvió a observar este domingo.
Uno de los grandes problemas estuvo en el centro del campo.
Fue incapaz de crear juego. Aitor y De Lerma si siguen igual
no pueden jugar juntos. Juegan muy pegados, con pases a dos
metros y con poca capacidad de improvisación, lo que permite
a los rivales tenerlos controlados. Aitor juega muy cómodo,
en sólo varios metros del campo y el juego no sale fluido de
sus botas. A su lado De Lerma no funciona. Se pega a su
compañero y ni uno ni otro tienen llegada desde atrás para
sorprender a la defensa rival. Se necesita un medio
defensivo que le de libertad a De Lerma o al que le
acompañe, pero el equipo no lo tiene, por lo que deberá
inventarlo Orúe.
Siguiendo con el centro del campo, la izquierda ahora mismo
está huerfana. De lateral jugó un derecho que apenas ha
jugado en los dos últimos años como Portela, aunque cumplió,
mientras que en el medio lo hizo Aaron. Ni estuvo ni se le
esperaba. Apenas intervino en el juego y no mejoró lo
realizado por Javi Navarro hace una semana. Situación
complicada, pues no hay muchos zurdos en el equipo y la
solución no parece fácil, aunque siempre se puede esperar
una mejoría.
Sólo Pedro mostró algún detalle, pero demasiado
intermitente.
Siguiendo por la delantera, luego hablaré de la defensa,
Raúl Martín jugó como segundo delantero y aportó poco. Tuvo
varias llegadas pero nada más, se le vio falto de ritmo y
cuando se retrasaba para ayudar al medio, no tenía capacidad
de sacrificio suficiente para llegar arriba con peligro.
Dejó sólo a un Fran Amado que lo intentó pero que estuvo muy
sólo. El algecireño necesita espacios para improvisar y si
juega de nueve está demasiado encorsetado, sin libertad.
En defensa, y esto merecería un artículo aparte, el lateral
Modeste falló y no dejó contento a casi nadie. Sin culparle
de la derrota, demostró no estar preparado para un partido
de esta categoría. Fuerte, luchador y potente no da lo
suficiente para jugar, ahora mismo, en un equipo de Segunda
B que dicen aspira al ascenso. Tácticamente nulo. Rompió en
varias ocasiones el fuera de juego de su equipo y a punto
estuvo de costarle caro a la Asociación. Le falta
comunicación con sus compañeros y sus rivales le cogieron la
espalda en más de una ocasión. Le falta mucho y el Ceuta no
está para hacer jugadores o probaturas. Podrá ir a más, pero
ahora está demasiado verde. Los centrales tuvieron dudas en
alguna fase del partido, pero tienen experiencia y deberán
ir a más en los próximos partidos. No son rápidos, aunque
saben colocarse.
El portero Ramón sembró dudas en los primeros minutos, pero
luego apenas tuvo trabajo. Díficil evaluarlo.
El Ceuta sembró dudas por su juego ante un Sangonera que
supo hacer su partido y llevarse los tres puntos ante un
rival que apenas inquietó y no creó juego.
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