En pocas ocasiones he tenido la
oportunidad de poder escribir o decir algo sobre las
navieras que cruzan el estrecho y que me hubiera agradado,
por su puntualidad, comodidad y atenciones.
Hubo épocas, afortunadamente pasadas ya hace tiempo y con
una naviera que debe dormir ya el sueño de los justos que,
especialmente si llevabas vehículo, desde que entrabas en el
garaje del barco ya se te ponían “las tripas revueltas”,
porque el trato era fatal.
Hoy, tras haber hecho el pasado viernes la travesía en el
barco de FRS, puedo escribir algo positivo y no mostrar ni
una sola queja del viaje que hice y de las atenciones, desde
el principio al final, tanto en el garaje como en los
salones correspondientes.
Y no es que yo pida, como tampoco piden los demás pasajeros
de Ceuta, nada extraordinario, que no lo es, pero el hecho
de ver que nada más entrar en el barco, el personal de FRS
se interesa por tu vehículo como si fuera de ellos mismos,
eso ya te da la oportunidad de hacer la travesía, desde el
primer instante, como tú quieres hacerla, sin tener unos
problemas que tú no buscas.
Hasta ahora, y no por nada especial, sino porque siempre
había viajado en otra compañía, en una sola ocasión había
utilizado los servicios de FRS, y además en esa ocasión no
llevaba coche.
Quiero recordar que ya entonces escribí algo sobre esta
compañía, por cuanto daban prioridad a la hora de salir a
los de la clase club y yo decía, en aquella ocasión que,
tras la serie de atenciones que se daban durante el viaje,
parecía un contrasentido aquella espera por parte de quienes
no viajaban en clase club.
No obstante, ya en aquel primer viaje, lo que pude
comprobar, como todo el que viaja en esta naviera es que
“sólo el barco recibe más cuidados”, naturalmente para que
la seguridad esté más garantizada, todavía.
Tras este viaje, del pasado viernes, con salida de Ceuta a
las doce de la mañana, en varias ocasiones he pensado que se
nota el origen de esta compañía, en la que atender bien,
interesarse por el viajero, no permitir que el que no sabe
viajar con otros te moleste y el ser amables siempre, es la
norma que llevan y que agrada, de verdad, a quienes quieren
cruzar el estrecho sin más.
Puntualidad la máxima, comodidad la que se puede tener en un
viaje de este tipo, atenciones todas, desde el principio
hasta el final y hacer que nadie “se pase” en su
comportamiento, a tu lado, permiten que cualquiera,
especialmente si el mar está bien, no tenga inconvenientes
para hacer la travesía, desde Ceuta hasta la otra orilla,
incluso cuando el viaje es, únicamente, para pasar el
tiempo.
Con esta columna, más que nunca, queremos demostrar que nos
gusta escribir sobre lo que vemos, naturalmente si son cosas
positivas mejor que mejor, además que quedará claro que nada
tenemos contra las navieras y que, particularmente, me
agradaría, como debe agradar a cualquiera de los ceutíes,
decir que tenemos todas las comodidades y todas las
atenciones, con lo que viajar de Ceuta a Algeciras es un
auténtico placer.
Esto es lo que debiera ocurrir siempre y en todas las
navieras. Esta compañía es nueva en la ruta desde Ceuta,
todavía no ha entrado, ojalá no entre, en lo que ha habido,
más veces de la cuenta, en alguna de las otras, y es posible
que, por ser nueva, pueda enseñar algo a otras que llevan
muchos más años. Sería lo mejor.
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