La reunión mantenida ayer por los consejeros de Cultura,
Mabel Deu, y Fomento, Juan Manuel Doncel, con los técnicos
de la Ciudad, el arqueólogo y un arquitecto, así como con la
empresa propietaria del terreno del pasaje Fernández, sirvió
para “sentar las bases” de las medidas a adoptar, que pasan
por la conservación y exposición al público del yacimiento
medieval descubierto y la modificación de una parte del
proyecto constructivo, que no afectará a los edificios de
viviendas previstos.
Las consejerías de Cultura y Fomento sentaron ayer con la
propiedad del terreno del pasaje Fernández en el que han
aparecido unos importantes restos arqueológicos medievales,
las “bases” para encontrar una solución satisfactoria para
ambas partes. Así lo señaló ayer la consejera de Educación,
Cultura y Mujer, Mabel Deu, quien indicó que los restos, que
tuvo la oportunidad de contemplar también ayer junto al
consejero Juan Manuel Doncel y a los técnicos de la Ciudad,
serán visitables a través de un acceso “totalmente
independiente” del complejo de viviendas que se construye,
de modo que “no perturben en absoluto la vida de los
residentes” y que su ubicación no interfiera en su disfrute
por parte de los ciudadanos.
No obstante, todavía no existe una decisión sobre cuál de
las alternativas técnicas que existen para lograr estos
objetivos se elegirá finalmente, pues la consejera ha
solicitado primero a los especialistas una valoración
económica de cada una de ellas. “Una vez que sepamos el
coste que tendría cada una de las opciones -señaló Deu- se
verá de qué presupuesto dispone la Ciudad o a qué
financiación puede recurrir para hacer viable el proyecto”.
Por su parte, con la empresa propietaria del terreno, que
también acudió a una reunión posterior en compañía de varios
técnicos, entre ellos, del arquitecto autor del proyecto del
complejo residencial que promueve, se acordó que en una
siguiente reunión aportaría la información sobre las
modificaciones que será necesario introducir en el mismo y
su valoración. Según subrayó la responsable de Cultura,
estos cambios no afectarán en ningún caso a las viviendas
proyectadas.
Como conclusión, la consejera reiteró, tal como se hiciera
ya por parte del Ejecutivo tras conocerse la relevancia de
los vestigios, que este yacimiento tiene “una importancia
grande para la ciudad y en relación con su entorno
regional”, por lo que desde la Administración y en
cumplimiento de sus obligaciones respecto al patrimonio
histórico, se “realzará” de manera adecuada y siempre “en
función de los recursos disponibles”. El yacimiento está
formado por un oratorio y otras construcciones de época
islámica, datadas entre los siglos IX y XV.
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