Primera semana de septiembre,
continuación del estado de gracia de los últimos días de
vacaciones de mi hijo pequeño (yo estoy de vacaciones toda
la restante vida que me queda) y ello me obliga a buscar
soluciones para que siga disfrutando antes de meterlo de
lleno en el fragor de la batalla escolar.
Lamentablemente, a lo largo de esta semana, el tiempo no nos
ha acompañado. Nubes amenazantes y frescor que alivia los
calores del verano agonizante han impedido que nos sigamos
bañando, ora en la playa ora en la piscina.
Menos mal que hoy, por el domingo, el sol vuelve a lucir con
todo su esplendor, como alegrado del quinteto colado a los
belgas en una especie de edición de la batalla de Flandes
aunque sea en las cercanías de la Torre de Hércules
coruñesa.
Vamos ahora con la manida política.
La tendencia de Mariano Rajoy a reducir su vocabulario a las
pocas palabras que suelen utilizar los menos dotados en
oratoria (engaños, indefinición, improvisación, mentira,
etc.) tiene su colofón con la aparición de la FAES a su
lado.
Este señor tiende su definición al cabreo garroñés con
frases que nunca definen sus verdaderas intenciones.
Hablar de que el Gobierno se equivocó en las cuentas y
“fracasó estrepitosamente” en el diálogo social sin exponer
la verdadera causa del mismo… ya son ganas de liar al
personal usando dotes de charlatán de feria.
La rabia acumulada por el líder pepero le está sacando de
sus casillas, cada día más, y estamos esperando, el resto de
ciudadanos, a que suelte detalles de la vida del Presidente
de todos los españoles, sigue siéndolo Rodríguez Zapatero
¿no?, algo así de que come con los dedos.
Se ve que le cabrea, a Mariano Rajoy, que el Gobierno ayude
a los parados antes que a los ricos. En un alarde de
liberalidad por parte del líder pepero con la mirada fija en
los votos que le puede llover.
Ha sido capaz, el líder pepero, de convencer a algunos
ciudadanos de que el Gobierno es culpable único del paro, de
la crisis, de las hipotecas… como si el Presidente del
Gobierno sea a la vez el propietario de una empresa llamada
España.
Como si el Presidente del Gobierno fuera un negrero. Como si
tuviera en sus manos exigir a todos los empresarios que den
trabajo a todo el mundo. Como si el Gobierno fuera una
fábrica de moneda artificial que eleve la inflación hasta
topes increíbles.
La verdadera ruptura, el verdadero caos, el auténtico rifi-rafe
de nuestra política… todo eso es obra del PP, desde que
engañó a todos los españoles con varios asuntos (Prestige,
guerra de Irak, 11-M, etc.) y seguirá engañando porque
utiliza las reglas, recursos y artes de un régimen ya
fenecido y que pretende hacerlo volver. Al tiempo.
Quién menos tiene que atacar ahora con lo de Afganistán es
el PP. Suele cargar a los demás con las responsabilidades de
cosas y hechos que ellos iniciaron en profundidad.
No olvidemos que son artistas en el “cameo” de papeles
destacados en casos de serie “B”, ni olvidemos los trajes
del flaco, la luz de la bruja ni los bolsos de la gorda.
Como vuelvan a gobernar algún día, ya no le quedará nada por
privatizar, la privatización es cosa que halaga al
presidente de la CEOE y sus socios, con lo que da la imagen
de que nos obligará a trabajar 65 horas semanales con el
objeto de sacar dinero y beneficio sin cotizaciones a la
Seguridad Social y bajando los impuestos a sus amigos
empresarios entre otras cosas.
Luego vuelven a ganar los socialistas y vuelven a
encontrarse con un montón de desastres económicos… como si
lo viera delante de mis ojos ya.
Bueno, mientras en mi familia no falte un plato de lentejas
ni un lugar donde disfrutar de la vida… que los zurzan.
|