Las contradicciones existentes
entre las declaraciones efectuadas tanto por el Presidente
del Gobierno como, por la vicepresidenta y el ministro de
fomento, en los últimos días, muestran la gestión errática
de un Ejecutivo que siembra de dudas a la sociedad española
en el momento en que los datos facilitados demuestran la
gravedad de nuestra precaria situación económica. Cifras,
que evidencian claramente la debilidad de un sistema que
experimentará en los próximos meses un espectacular
incremento en el número de desempleados como principal
efecto.
Los resultados obtenidos por las medidas adoptadas por el
Ejecutivo socialista en los últimos meses manifiestan la
ineficacia de las mismas a pesar de su altísimo coste.
Ahora, para sufragar los enormes gastos ocasionados lanzan
un globo sonda sobre la posibilidad de subir el Impuesto
sobre la Renta de las Personas Físicas así como, congelar el
salario de los funcionarios aclarando, eso sí, que dicha
subida solo afectaría a las clases altas mientras, los
funcionarios, no perderían poder adquisitivo con dicha
congelación.
El Ejecutivo socialista adopta apresuradamente decisiones
erróneas que afectan a la totalidad de una ciudadanía, que
soporta una profunda crisis magnificada por la incapacidad
de quienes se autodenominan políticos de izquierda a pesar
de las políticas ejecutadas. El ministro de fomento señaló,
hace una semana, la necesidad de incrementar los impuestos a
la ciudadanía al objeto de recaudar los fondos necesarios
para sufragar políticas sociales, circunstancia confirmada,
cuatro días más tarde, por la ministra de economía y
hacienda así como, por el propio Presidente para,
posteriormente, dos días después, aclarar que dicha
posibilidad queda reducida a un incremento exclusivo que
grave las rentas de capital.
En definitiva, la ciudadanía asiste expectantes a la
presentación de propuestas mediáticas provenientes de los
principales líderes socialistas en respuesta a los
resultados electorales pronosticados favorablemente hacia el
partido popular tras una más que nefasta gestión de la
crisis, que ha provocado la total desconfianza de una
ciudadanía que no puede fiarse de un Ejecutivo que ha
ejecutado una política económica desorientada y errática.
Por tanto, ¿quién puede creerse ahora a un Gobierno dirigido
por Zapatero que no ha dudado en engañar y en hacer lo
contrario a lo que está diciendo?
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