Es lo que parece haber decidido el
ministro de Fomento con el transporte aéreo de Melilla a la
península.
Quienes me sigan, desde que comencé hace dos años y medio,
en esta columna, me podrán decir si es que he cambiado de
opinión respecto a José Blanco, antes Pepiño Blanco, y debo
decir que no tengo más simpatías por sus formas de decir y
de actuar, que las que siempre tuve, esto es ninguna, pero
ello no quiere decir que no seamos capaces de valorar,
simpatías aparte, las actuaciones, cuando van a beneficiar a
una población que, para poderse desplazar a la península, se
tienen que gastar una millonada.
Y que sea el propio ministro, en este caso el de Fomento,
quien asume directamente el asunto del transporte aéreo de
Melilla, como una prioridad, tratando de encontrar fórmulas
para abaratarlo, es una buena noticia que, en cualquier
momento, podría tener su rebote con relación a Ceuta, para
que nuestros desplazamientos, especialmente por barco,
también resulten más baratos.
Es lo bueno que tiene que los altos cargos salgan de sus
“jaulas de oro” y recorran la geografía española. En este
caso, el señor ministro de Fomento visitó Melilla, vio lo
que había y aunque él no tuvo que pasar por taquilla para
sacar su billete, sí que pudo comprobar, in situ, que los
billetes son caros, con lo que automáticamente manifestó:
“vamos a tratar de que sean más asequibles”.
Una buena noticia, un gesto a tono con las necesidades de la
población, y una posible solución a la vuelta de la esquina.
Imbroda, que no es de los que mejor se llevan con cargos
socialistas de importancia, supo aleccionar al ministro, en
esa reunión que tuvieron en el Palacio de la Asamblea, supo
hacer ver a José Blanco que los habitantes de Melilla no son
de tercera división, que sus desplazamientos a la península
terminan con sus presupuestos y que hay que hacer todo lo
posible y lo imposible para que cualquiera se pueda
desplazar hasta la península, igual que se desplazan desde
Salamanca a Madrid, o desde León a Lugo sin tener que
desequilibrar sus presupuestos.
El propio ministro entiende que el Ministerio de Fomento
puede soportar que la declaración de servicio público sea
compatible con la bonificación del 50%. Y es que hay un
objetivo que es garantizar unas buenas conexiones de Melilla
a la península a precios que se correspondan con costes
reales y asumibles para la mayoría de la población.
Aquí está el centro de todo este problema, que se podrá
solucionar si el Ministerio de Fomento declara el transporte
aéreo de Melilla como servicio público, compatibilizándolo
con una bonificación del 50% para los residentes.
Una perfecta solución a un problema candente que no fue
capaz de solucionar la anterior ministra, también de
Fomento, Magdalena Álvarez, al entender “ a su manera” una
normativa de la Unión Europea.
Lo que son las cosas, doña Magdalena, que no sabemos qué
méritos había contraído para llegar a ese Ministerio,
entendió de forma distinta una normativa que José Blanco
asegura “Nosotros creemos que es compatible”.
Y no se trata de distintos cargos, en distintos
departamentos, es un ministro del mismo partido y en el
mismo Ministerio. El querer, saber y poder, ha sido el punto
de partida de J. Blanco, doña Magdalena no llegó a esas
premisas.
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