Conocer los mecanismos de aprendizaje del lenguaje con el
objetivo de “mejorar el sistema educativo y de estimular a
las personas con trastornos lingüísticos para que aprendan a
leer y escribir” es el objetivo del trabajo que realizan
expertos de la Universidad de Granada (UGR), bajo la
coordinación de la psicóloga y pedagoga Silvia Defior,
dentro del proyecto europeo Enhancing literacy development
in European languages (ELDEL).
Cada lengua es una combinación única de letras y sonidos. No
es lo mismo aprender inglés que español o italiano... Cada
idioma tiene una serie de grafemas (unidades del sistema
escrito) y fonemas (del fónico-fonológico), así como una
particular relación entre los mismos.
Por ejemplo, Defior explica que el español tiene un sistema
de escritura más sencillo que el inglés, debido a que la
relación entre los grafemas y los fonemas en nuestro idioma
es muy transparente. Es decir, la representación gráfica de
los sonidos es mucho más fácil que en el inglés, donde la
relación entre fonemas y grafemas es mucho más impredecible
y casi todas las palabras se escriben de una manera y se
pronuncian de otra.
“Por eso los niños españoles aprenden antes a hablar y a
escribir que los ingleses”, subraya la experta, aunque el
castellano también tiene algunas inconsistencias, como el
problema para distinguir entre b y v, g y j, o c y z.
“Por ejemplo, la palabra bagaje hay que conocerla para saber
cómo se escribe, porque según su pronunciación, podría
escribirse de distintas formas (vagaje, vagage, bagage)”,
sostiene la investigadora.
Así, el proyecto ELDEL quiere estudiar todos los factores
psicolingüísticos y cognitivos que afectan al aprendizaje de
la lectura y la escritura de una lengua, es decir los
relacionados con la capacidad de memoria, de atención
visual, o los relacionados con aspectos morfológicos y
sintácticos, pero también quiere investigar cómo influyen
los factores ambientales, cómo el entorno social y cultural
en el que el niño aprende.
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