Cuantas veces a lo largo de mi
vida, cuando me ha hecho una putada alguien no he echado los
votos implorando al cielo y al castigo divino, por cuanto
daño me hayan hecho, a veces recuerdo de mis antepasados que
la venganza es, un plato que se sirve frio, y que la
maldición que le caiga por lo que me haya hecho, no va a
venir de golpe, por algunos casos que me he enterado, tarda
tiempo casi años.
Un suceso que me sirve de ejemplo es Byron, una muerte
anunciada, o una frase muy tipica de nuestros lares, la de
Dios no se queda con nada de nadie, fue en una barbacoa en
Cádiz, en la celebre playa de la Victoria, Byron ya habia
tenido una pelea antes de matarse, se hizo el hara-kiri, y
Byron resulta que hace siete años, fue el que metió la
muleta en el Sanchez Pizjuan, un derby Sevilla-Betis, y
agredió al vigilante jurado, esas imágenes que estremecieron
a toda España, que dieron la vuelta al mundo, Byron deja
mujer y dos niños de 4 años y 11 meses.
Una vida llena de problemas, desdichas, y en alta tensión,
entró al campo de futbol, con una muleta que se había
encontrado, la cogió y para dar lástima al portero de la
entrada, entró gratis al campo. Byrobn C.O. estuvo siete
meses internado en Almería, por los sucesos que casi cuestan
la vida al vigilante de seguridad, ultimamente lo estaban
buscando por robo con fuerza, tenia varios antecedentes, y
quien a hierro mata a hierro muerte.
Era del barrio de las 3.000 viviendas de Sevilla, era muy
delgado, de lo malo que era, y si bien ese dicho popular de
que bicho malo nunca muere, quien se iba a imaginar que una
navajita plateá de apenas un centimetro, le seccionara la
aorta y le abriera la pleura, sin hemorragia exterior, se
desplomó a los pocos minutos a la arena gaditana, lo
llevaron en volandas hasta la orilla, intentaron reanimarlo,
se personaron policia y protección civil , y a las doce
horas murió en el Zamacola de Cádiz, tiene su miga la
historia, por cuanto sobrecoge sobre todo a las personas
mayores, que le tienen repelús a estas historias y
coincidencias, yo de esas me se muchas, de cuando jugaba en
patios, calles y barrios y sabía de la hie reventá de mucha
gente, que te hacían putadas y faenas, y te enteras de lo
que le ha pasado, y dices Dios le ha castigado.
Que tomen nota muchos becerros, maleantes y chuletas de
coches que van a cinco por hora, te sacan la mano como
Rafael el cantante, perdonandote la vida, y ya saben hasta
el Titanic que no lo hundia ni Dios...
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