La vida son etapas. Y hoy se cierra el capítulo de mi
historia en tierras caballas. Quién me lo iba a decir.
Recuerdo como si fuera ayer el primer día que pisé la costa
ceutí. Fue el 6 de febrero de 2007. En la maleta traía
varias mudas, el ordenador portátil, y la ilusión de
progresar en la profesión de periodista deportivo, a raíz de
la oportunidad que me dio esta casa. Apenas llevaba quince
días como redactor cuando surgió un nuevo reto, la
posibilidad de alternar el periódico con la función de
locutor en Onda Cero Radio. Y así nació una atractiva
aventura laboral entre el deporte ceutí y el que les escribe
que, para la mayoría de los que nos dedicamos a esto,
convierte las obligaciones en mezcla de pasión y compromiso.
Seguramente por eso, por dejarme seducir, nunca viera el
momento de irme. Sin embargo, la vida es impredecible.
Con la mano en el corazón, no sé lo que me deparará el
futuro, pero lo que sí sé es que me conformaría con que,
allá donde vaya, sea un lugar la mitad de acogedor y en el
que se viva tan bien como en Ceuta. Y, por descontando, en
el que profesionalmente me vayan las cosas como me han ido
aquí. Claro está, siempre que encuentre la ayuda y la
colaboración de tantísima gente cuyos nombres no voy a
enumerar, porque necesitaría mucho espacio y casi con toda
seguridad, alguno quedaría en el tintero. Eso sí, ellos
saben que, lo mismo que siempre me descolgaron el teléfono,
el mío lo tienen a su entera disposición para cualquier cosa
que necesiten.
Una espinita que me llevo clavada es la temporada deportiva
que se avecina y que voy a seguir desde la distancia. Un año
en el que la AD Ceuta tiene muchas papeletas para volver a
disputar la fase de ascenso y, por qué no, lograr el tan
ansiado ascenso. Vivir la aventura del Murallas en Tercera
División, donde una plantilla formada casi en su totalidad
por canteranos se va a pelearse con el mundo entero. El
regreso de la UA Ceutí a la División de Plata de
fútbol-sala, donde los de Juanma López darán mucha guerra. Y
el que esperemos sea el año del ascenso del CN Caballa a
categoría nacional, tras la flamante incorporación del
ex-seleccionador español Sergio Aguilera.
Para terminar, quiero apuntarme a un tópico, pero que es
cierto. Es verdad eso que dicen que cuando uno se va de
Ceuta se marcha con tanta pena como cuando vino. En mi caso,
puede que más. Seguramente por eso, el que les habla se
convertirá a partir de ahora en embajador de esta tierra.
Lo cierto es que nunca me gustaron las despedidas.
Hasta siempre, amigos.
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