Dicen los titulares que el verano
va dando sus ultimos coletazos, aqui en Ceuta siempre hemos
comentado eso de que después de Feria, el verano va en
picado, y si encima pasa mi cumpleaños que ha sido el 18, te
metes en la recta final de agosto, y ya se ven los carteles
de los libros y uniformes, y te da un repelús solo consolado
por eso de que entrarán las fresquitas con septiembre, y te
va aliviando un poco.
Aunque aqui en Ceuta, podemos presumir de un clima
envidiable y nuestras aguas hacen que podamos bañarnos todo
el año, eso es lo que hay señores. Del pasado año, recuerdo
esas cañas y tapas , vinos y reuniones estilo barbacoa,
nadie tenia niños excepto nosotros, por tanto recuerdo esas
conversaciones banales de niños, sin dar ejemplo ellos, de
entre toitas las mujeres, habia una que sacaba una lista de
la compra para preparar un domingo de playa, aquello parecia
la expedición al Himalaya, yo me reia para mis adentros, me
decia me he salido del folio..., aquello lo podia tolerar,
eso de entablar charlas con gente de mi edad, pero en otra
frecuencia y cada uno dando palos de ciego, no veas la que
liaron un dia que iban todos a la Feria, nosotros hicimos un
quite y tiramos por otro camino. Ya hace cuatro años que
dejamos esas reuniones familiares y muy entrañables, por
aquello de que parecia gran hermano, cada verano siguiente
iba faltando uno o una y aquello comia la moral, luego por
la calle sin hablarnos.
Por tanto un bocadillo, unas patatas, unas latas y el
vitaminas de turno, entre ojeada al periodico, y paseos de
arena y espuma. Este año me he enterado que sacaron otra vez
la lista de la compra, y empezaron a adjudicar como esas
listas para los pobres, en navidades, que cada uno trajera
el vino, las patatas, las fiambreras, el hielo, el carbón,
la barbacoa, entre medias hay un fichaje nuevo que charla
por los codos, pero con unos decibelios del carajo, al tio
se le salen los ojos como las brotolas de la carcasa del
cuerpo, el titulo veraniego me viene bien con eso de que a
uno le tocó llevar pollo para catorce, ya tuve un recuerdo
de los noventa, de Garcia Aldave, del monte de la tortuga,
habia una señora que parecia el pajaro de Nestlé, ese que
arropaba a los polluelos para darles de comer, y los
tajarinas que zarandeaban las garrafas de agua por el agua,
la playa y el campo para mi son sagrados a mi manera, y no
me embarco en historias de fritangas, coloquetas sudosos y
marias sin estar pendientes de los niños, haciendo uno de
guarda-costas como otros años, anda ya.
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