La carpa instalada en la Plaza de las Culturas fue escenario
ayer de la primera ruptura del ayuno organizada por la
Ciudad Autónoma para las asociaciones de vecinos. En esta
ocasión fueron invitadas cinco organizaciones, concretamente
la A.V. Cerro de la Palma Santa, A.V. Pegaso, A.V. Estopiñán,
A.V. Convivencia, y la Asociación Mujeres Vecinales, cuyos
representantes estuvieron acompañados por el presidente de
la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, y varios miembros de
su Gobierno.
La Ciudad Autónoma celebró ayer la primera de las cuatro
rupturas del ayuno que ha programado en este mes sagrado de
Ramadán en la carpa instalada en la Plaza de las Culturas,
tres de las cuales están organizadas en honor de las
asociaciones de vecinos de Melilla y una, la última, será la
ruptura institucional.
Anoche, en la primera ruptura del ayuno, fueron invitados
representantes de cinco asociaciones de vecinos, en concreto
la A.V. Cerro de la Palma Santa, A.V. Pegaso, A.V. Estopiñán,
A.V. Convivencia, y la Asociación Mujeres Vecinales, cuyos
representantes estuvieron acompañados por el presidente de
la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, y varios miembros de
su Gobierno.
En total, unas 150 personas asistieron a esta primera
ruptura del ayuno en la carpa, que comenzó con el rezo del
Magrib, oficiado por Hach Mimon Sidi Mohamedi Hach Tahar,
santón de la Mezquita del Cerro de la Palma Santa e hijo del
santón islámico Sied Mohamedi. Seguidamente, Imbroda dirigió
unas breves palabras a los asistentes, a los que dijo estar
muy satisfecho por la colaboración que la Ciudad Autónoma ha
podido prestar para permitir que el mes sagrado de Ramadán
se celebre “con una mayor brillantez y solemnidad”.
Así, Imbroda se refirió al programa “ambicioso que por
primera vez se ha hecho con tanta profusión de actividades”
desde la Administración local para celebrar el Ramadán.
También subrayó la importancia que tiene el Ramadán en
Melilla, ya que se trata de “una fiesta que es de todos los
melillenses, independientemente del rezo religioso” y “nos
hace enriquecernos más espiritualmente”. Por esta razón,
deseó que este mes sagrado “sirva para lo que el profeta
dijo, para que nos llene de paz y solidaridad”, de modo que
“entre todos hagamos una Melilla más ejemplar” en la
convivencia intercultural.
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