Si uno cree que ya ha visto casi
todo, cuando te asomas por una mínima rendija a los
ambientes del Crimen Organizado, te encuentras con que no
sabes de la misa la media y, a veces, hasta los propios
servicios especiales, que combaten este tipo de
organizaciones, se encuentran con “novedades” que en la
mente humana no cabrían, si la sociedad fuera normal.
A pesar de que la delincuencia quiere o trata de ir por
delante de la Policía, cuando se trata de asuntos serios de
verdad el delincuente es pescado, si no el primer día, al
siguiente.
Y ahora, acaba de ser desmantelada una red que se dedicaba a
pasar coches robados, desde la Península a Marruecos,
pasando por Ceuta.
Hay 21 detenidos por la Guardia Civil, pero ninguno de esos
lo ha sido en Ceuta, además hay otros 13 más imputados, en
lo que se ha llamado “ Operación Bedú”.
Si nos asombra, ya pocas cosas pueden asombrarnos, el
montaje y desmontaje que se traían con los coches, alguno de
ellos lo habían pasado despiezado, más nos tiene que
asombrar, esto si que no lo habíamos soñado jamás, otra de
sus artimañas, en el tráfico de droga, era pasar hachís en
el colchón de cochecitos de niños, de pocos meses o incluso
semanas, que iban dormidos en el paso de las aduanas. Esto
ya escapa a todo lo imaginable.
La Operación Bedú con un triángulo formado Málaga – Cádiz –
Ceuta, actuaba como si fuera una máquina perfectamente
organizada, llegando a esos límites que hemos citado, o
introduciendo la cocaína oculta en tabletas de chocolate
comestible que enviaban por “trasportes especiales”.
Al parecer, estamos ante una banda realmente internacional,
con elementos chilenos, marroquíes, franceses, británicos y
españoles, al menos.
Tras una larga investigación, desde el mes de febrero del
pasado año 2008, se les ha incautado casi de todo: droga,
vehículos, dinero y material electrónico.
Ha sido, pues, una larga investigación desde la que se
pensaba, inicialmente, que se trataba de una banda dedicada
al tráfico de hachís. Al final, está claro, había mucho más.
La realidad superó, con creces, las expectativas iniciales.
De la información procedente del Ministerio del Interior se
sabe que esta organización estaba dividida en tres células
“perfectamente estructuradas y organizadas”. Podría decirse
que lo tenían todo atado y bien atado, pero los servicios de
la Guardia Civil rompieron ese nudo gordiano que dirigía
todo el entramado.
Una de esas células era la que “trabajaba” con esos niños de
semanas o meses, intentando que así no se les descubriera.
Otra célula se dedicaba a introducir la cocaína oculta en
tabletas de chocolate comestible. El negocio así parecía
redondo. La tercera de las células se encargaba de lo más
llamativo, robaba vehículos, que “eran maquillados” y tras
esta operación los trasladaban a Ceuta para, desde aquí,
pasarlos a Marruecos.
Muchos puntos han tenido que tocar. Muchas comprobaciones y
sospechas, en esa larga investigación, pero al final ha
tenido su recompensa, ya veremos si esos 21 detenidos y los
otros 13 imputados dan con sus huesos en la cárcel para
mucho tiempo, o si entran y salen para seguir con las mismas
correrías. Un éxito más de las Fuerzas de Seguridad y con la
Guardia Civil, como siempre en su justo sitio.
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