Aunque no les gusta hacer comparaciones de las diferentes
ediciones del campamento infantil, los profesionales de
Acudeduca han querido resaltar la integración de los
participantes haciendo alarde de la tolerancia y las
relaciones humanas entre ambos sexos, objetivos que
consideran que han sido alcanzados “por las edades tan
similares que tenían los niños y por el hecho de serlo,
hemos conseguido más de ellos”.
Las risas, el buen ambiente, la tolerancia y el respeto y la
diversión se han dado la mano durante estos días en el
complejo rural ‘Miguel de Luque’, donde se ha celebrado la
sexta edición del campamento infantil organizado por la Casa
de la Juventud y del que han estado a cargo cinco
profesionales de la empresa Acudeduca.
En la jornada de ayer, los 46 participantes regresaron con
sus familias para despedir el verano y preparar el regreso
al colegio, idea que a muy pocos les gusta. Por ello, ha
llegado la hora de hacer balance: “Ha sido mucho mejor de lo
que esperábamos y creo que ha influido la edad del grupo,
que son más pequeños y se han conseguido más cosas. Siempre
partimos de educar en valores y podemos destacar el
compañerismo, el ser tolerantes los unos con los otros sin
distinción de sexo, y eso ha servido para lograr la conexión
del grupo”, valoró Estefanía Rodríguez, monitora de
Acudeduca.
La chocolatada, la noche atrevida del ‘Gran Prix’, ‘pinball’
o globoflexia, son las actividades que más aceptación han
tenido al no ser asequibles en el día a día de los niños,
que además han adquirido “mayor autonomía” a la hora de
acometer cualquier orden, “como levantarse a una hora
concreta, asearse, ducharse, actos de la rutina”, apostilló
Satila Quero, otra de las monitoras. Pero quienes han tenido
la última palabra han sido los propios participantes, todos
dispuestos a repetir en la próxima edición. “Ha sido
inolvidable; hemos jugado en equipo, con cosas sucias, y
como está muy bien, me gustaría repetir”, confesó Eduardo
Lucena, del colegio La Inmaculada.
Otro de los aspectos que los niños han destacado han sido
las relaciones, sobre todo, a la hora de contar con más
personas para hacer alguna que otra travesura. “Me llevo
muchos amigos con los que me he divertido hasta la una y
media de la madrugada, además nos hemos tirado los colchones
y alguna que otra trastada más”, comentó la participante de
doce años, Carmen Borrego. La originalidad y la fantasía a
través de búsquedas del tesoro también han propiciado que
los pequeños se llevan un recuerdo para nunca olvidar.
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