Hay gente que se identifica con el
medio que conoce a la perfección, y eso se le supone hay que
respetarlo. En Ceuta, a la mayoría de sus habitantes, se les
define por su pasión por el mar, bien laboral, afición o su
interés por hallarse acorde con el mismo. De muchos
conocidos he escuchado la frase soy montañero... Y ese es un
mundo aparte, del que desconocemos la mayoría por estas
latitudes.
Estos dias nos hemos sobrecogido con la noticia del
montañero Oscar Perez, un aventurero de Tramacastilla de
Tena, era un amante de la naturaleza, de la montaña, lo
había sentido desde niño, con los Pirineos al fondo de su
casa, descubrió su entorno familiar. Para el no existía
miedo cuando se hablaba de montaña, frío con gran capacidad
para tener la mejor decisión en cualquier momento. “Vete
tranquilo que sé que esto va a ir para largo. Yo aguantaré
los 10 días que te costará traer ayuda”.
Una tragedia que nos hemos cargado con cada parte de
noticias, en magnitud por la agonía que se veía venir,
comparable al Submarino Kursk, pensando en encontrar con
vida, sano y salvo a entonces sus marineros, esta vez se
esperaba un buen final con el montañero Oscar Perez. El
Latok II, con 7.105 metros de altura, se queda con la
incognita, si al llegar el equipo de alpinistas, estaba vivo
o muerto, si estaba moribundo, o si llevaba días muerto. El
alpinista aragonés, con 33 años, llevaba 11 días en una
repisa de solo un metro cuadrado, a 6.500 metros de altitud,
con varias fracturas en pierna y brazo. El Club Peña Guara,
tuvo la decisión critica, la de abortar la operación, la
tempestad obliga a suspender el intento de rescate. Era
poner en riesgo al resto de la expedición, y se hubieran
tardado dos semanas más en llegar hasta Oscar Perez, la
lluvia puede provocar avalanhas y que los porteadores se
resbalen. La angustia y la fatalidad se multiplican en la
montaña. El italiano Zangrilli, llegó hasta los 5.800 metros
del collado, y a unos 700 metros de donde estaba Oscar Perez,
al fijar las cuerdas se tardaría dos dias más en llegar.
Las borrascas manchan las aristas de la montaña y la fase se
alargaría dos semanas más, Oscar no tenía posibilidad alguna
de sobrevivir. La presión atmosférica marcó el camino a los
alpinistas que empezaron a sentir dolores de cabeza, al no
haber preparado la aclimatación. Tristes, desolados y
hundidos emprenden el regreso, la diplomacia hizo contactos
y gestiones, ha sido el intento de rescate más duro que
había visto el creador de al filo de lo imposible.
Siempre nos quedará esa angustia clavada en nuestros
corazones, un deporte poco comprendido, una pasión que te
pide llegar a la montaña, nos deja el recuerdo de Oscar
Perez, subido en el Latok II, sin saber toda España nada de
él, salvo por las noticias de angustia y fatalidad. Algún
día, en alguna escalada, sepamos algo de ti montañero, que
fue de ti, ellos salieron en tu ayuda, pero fue imposible.
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