Más de treinta perros abandonados o callejeros podrán
obtener cobijo hasta que sean adoptados en la perrera
municipal, que está por concluir sus obras integrales de
remodelación que supondrán un incremento de calidad tanto
para los animales como para los propios trabajadores. A esta
reconstrucción se une la de la Protectora de Animales y en
ambas la Ciudad ha invertido un presupuesto de 600.000
euros. Sin embargo, el vacío legal existente en cuanto a la
protección animal sigue sin resolverse aunque desde la
Consejería de Sanidad advierten que se está estudiando,
expresó el viceconsejero de Consumo.
Tal y como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga.
Gracias a las inundaciones propiciadas por las lluvias
torrenciales de septiembre, fueron declaradas las obras de
emergencia que a día de hoy están finalizando con la
remodelación de la perrera municipal, la cual albergará a
más de treinta canes abandonados al finalizar las mismas.
Estas obras han reconstruido íntegramente el recinto, que
además ha sido ampliado, y donde antes había catorce ahora
son diecisiete las perreras que darán cobijo a los animales
recogidos por los trabajadores en las calles ceutíes, que se
traduce en un veinte por ciento más de capacidad. Con la
mejora de las instalaciones, que supondrá un beneficio para
las mascotas en cuanto a calidad y cuidados, los
trabajadores también verán que su jornada es mucho más
llevadera. “La anterior situación era extrema y las
condiciones de trabajo eran limitadas porque el recinto
estaba viejo y deteriorado, muy abrupto, y hemos ganado en
prestaciones para los animales y para los empleados”,
explicó Manuel Carlos Blasco, viceconsejero de Consumo.
El protocolo a seguir en casos como abandono o pérdida del
animal por el dueño, es siempre el mismo: “Se le acoge
durante 21 días, que es el periodo mínimo de observación que
exige la legislación, para comprobar si tiene, o no, la
rabia. Al concluir dicho periodo pueden ocurrir dos
circunstancias, que el animal pase a la protectora, o si
esta se encuentra saturada de animales, se espera a que
alguien venga a acogerlos si son cachorros o perros jóvenes.
Y si son muy mayores, se sacrifican”, informó el
viceconsejero de Consumo.
En aquellas situaciones en las que el perro llega herido de
la calle por una pelea, el veterinario sigue un tratamiento
especial, con una intervención para la cura de los daños, se
mantiene al animal en la perrera hasta su total
recuperación, y luego se ofrece a la protectora o se
devuelve al dueño en el caso de tener el microchip.
Dependiendo de las circunstancias, “porque no hay una fecha
específica”, la perrera puede recoger entre cinco y seis
animales en un día, y parecer ser que el verano es la
temporada propicia para liberarse de responsabilidades
“porque tenemos las perreras al completo, unos 18 perros”,
apostilló Blasco. De esta cifra sólo descontar cuatro que
durante el verano han sido acogidos, por ello “no se suelen
sacrificar porque los que no se adoptan, se los lleva la
protectora”, concluyó Blasco.
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