La Guardia Civil ha logrado la desarticulación de “una de
las organizaciones delictivas más activas dedicadas al
tráfico de drogas y de vehículos robados en la Costa del
Sol”, trama que tenía una de sus patas en la ciudad autónoma
para llevar al país vecino coches robados, a veces
totalmente despiezados. La ‘Operación Bedú’ se ha cerrado
con veintiun detenidos y otras 13 personas imputadas, aunque
ninguno de los arrestos practicados se materializó en Ceuta.
La Guardia Civil ha desarticulado en la denominada
‘Operación Bedú’, desarrollada en Málaga, Cádiz y Ceuta,
“una de las organizaciones delictivas más activas dedicadas
al tráfico de drogas y de vehículos robados en la Costa del
Sol”, según informó ayer a través de una nota de prensa el
Ministerio del Interior. Entre sus actividades se encontraba
la introducción de hachís oculto en carritos de bebés que
pasaban la aduana dormidos.
En la operación han sido detenidas 21 personas e imputadas
otras 13, de nacionalidades chilena, marroquí, española,
francesa y británica; y se han incautado distintas
cantidades de droga, vehículos, dinero y efectos
electrónicos. Ninguno de los arrestos se realizó en la
ciudad autónoma, detallaron ayer fuentes de la Guardia
Civil.
Las investigaciones se iniciaron en febrero de 2008 a partir
del análisis de la información obtenida en investigaciones
llevadas a cabo con anterioridad, en las que se obtuvieron
datos que apuntaban la existencia de un grupo organizado
dedicado al tráfico de hachís.
La organización estaba compuesta por tres células
“perfectamente estructuradas y organizadas”, que actuaban de
forma independiente, con el fin de dificultar la labor de
los investigadores. Cada una de estas células estaba
compuesta por varias personas, que tenían funciones
diferenciadas. Uno de estos grupos utilizaba bebés recién
nacidos o de pocos meses y, para evitar ser detectados,
escondían la droga bajo el colchón de los carritos de los
niños, los cuales pasaban dormidos por las aduanas. Una vez
introducida la droga en nuestro país, acondicionaban dobles
fondos en vehículos sustraídos para trasladar posteriormente
la droga hasta Francia.
Otra célula de la organización se dedicaba a la introducción
de cocaína oculta en tabletas de chocolate comestible,
mediante su envío en paquetes postales, usando a otros
miembros de la organización para que recogieran los paquetes
en los domicilios establecidos para ello. De esta manera
evitaban el riesgo de ser sorprendidos con los paquetes de
droga al intentar cruzar por los controles de los
aeropuertos.
Para la consecución de sus objetivos contaban con varios
miembros que apoyaban al resto de la organización obteniendo
los materiales requeridos y atendiendo a sus necesidades,
tanto de medios materiales como humanos.
Receptación de vehículos
Otro de los grupos se dedicaba al robo de vehículos o la
receptación de otros vehículos robados que, tras ser
maquillados, eran trasladados a Ceuta y desde aquí,
intentaban introducirlos en Marruecos. En algunas ocasiones,
desmontaban totalmente los vehículos para introducirlos como
piezas de desguace o de segunda mano en el país vecino,
donde volvían a montar.
Las investigaciones, llevadas a cabo por el Equipo Contra el
Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil con sede en
Málaga, ha contado con el apoyo de las Unidades
Territoriales del Instituto Armado, de las zonas de
actuación, y han sido dirigidas por el Juzgado de
Instrucción número 2 de Torrevieja (Alicante).
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