Ha tenido que pasar un año, para
esperar un recorrido con mi nieto en su carrito por el Real
de la Feria, al final de los cohetes, cogimos raudo y veloz
esos caminitos por doquier, paseando a la murallita del
Foso, la luna de Agosto, reflejaba un rumor de plata, en las
aguas serenas del calima agosteño, hierve al fondo como una
explosión de luces y de color, la Feria de Santa María de
Africa, iaa abuelo, globos para mi Jesusito, saludos y
abrazos , los buenos caballas que me apresuran a recordar
alguna noche de pasión, alguna mala tarde que tuviera, que
me veian con un churumbel en el carro, no querido Vicente,
este es mi nieto... Se paraba el mundo, se detenia la feria,
se paraban los caballitos ponys, los cacharritos, no me
digas Javier que tienes nieto, alegre y bullanguero que lo
saco de su carro, en mi Caseta La Cortijá, de la mano del
lelo, zapatea mi nieto el asfalto de una noche de jolgorio y
poderio caballa, ele esos andares que pierde la chaveta el
abuelo. Barbara, en la casa hay un traje de gitanito, luego
voy papá a ponerselo a mi gordito, que a las tres vueltas
montaito en su pony, lloriquea el niño, que mañana te bajo a
hacerte la foto en el tablado flamenco, ambiente andaluz,
silla que espera que se siente mi nieto, veinte años atrás
se hizo la misma foto, mi hija.
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