Nombre con el que se conoce
popularmente a la Ley española 28/2005, de 26 de diciembre,
que entró en vigor el 1 de enero de 2006, aunque algunos
aspectos de la Ley no entraron en vigor hasta septiembre de
2006 e incluso, enero de 2007, y cuya medida más importante
es la prohibición de fumar en determinados lugares tanto
públicos como privados. La Ley, además, distingue entre
zonas en las que está “totalmente prohibido fumar”, y
espacios en los que se puede fumar si se habilita una sala
especial de fumadores estableciéndose que corresponde a las
Comunidades Autónomas la responsabilidad de vigilar el
cumplimiento de la misma así como, su desarrollo normativo.
El tabaco como adicción crónica generada por su consumo,
produce dependencia física y psicológica como así también,
un gran número de enfermedades respiratorias y cardíacas,
sin ninguna duda, el mayor causante de muertes superando
ampliamente a otros factores como el sida, el alcohol, las
drogas ilegales y los accidentes de tráfico juntos. Hábito
perjudicial, que no solo afecta a quien lo consume sino, que
daña seriamente a quienes comparten espacios con los
fumadores convirtiéndose en fumadores pasivos. Según
estudios médicos realizados, estas personas inhalan dos
veces más de alquitrán y nicotina que lo inhalado por el
fumador por ello, el nivel de monóxido de carbono en la
sangre de los no fumadores se eleva al compartir una
habitación con fumadores.
Por tanto, resulta evidente afirmar que la Ley antitabaco
aprobada por el Gobierno de la nación beneficia a millones
de españoles, fumadores y no fumadores, que desde su
aprobación han podido respirar un aire exento de estas
sustancias altamente nocivas para la salud así como, se ha
constituido en una herramienta efectiva para miles de
fumadores en la labor diaria que supone llevar a cabo la
deshabituación tabáquica ya que, eliminar su consumo en
determinadas situaciones beneficia ampliamente tan acertada
decisión.
En definitiva, tras varios años de limitaciones en
determinados locales públicos amparadas por la Ley
antitabaco, ha llegado el momento de dar el paso definitivo
prohibiendo por completo el consumo de esta sustancia en
todos los locales públicos cerrados al igual que sucede en
países como Irlanda, Italia, Francia o Reino Unido. Sin
ninguna duda, el Ejecutivo debe adoptar en consecuencia esta
importante decisión en respuesta a las 55.000 muertes al año
como consecuencia del hábito de fumar.
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