El matarife del Matadero de la ciudad triplica su trabajo
estos días previos a la fiesta musulmana por excelencia. Los
banquetes del Ramadán cuando llega la puesta de sol disparan
el consumo de proteínas que ayuden a encarar el ayuno. La
carne adquiere un papel protagonista y cada día se
sacrifican para poner a la venta más de 80 corderor
Los musulmanes hacen acopio y rellenan sus despensas a dos
días del creciente de luna que marca el iniciao del Ramadán.
Cuenta atrás con el consiguiente aumento de consumo por
partd e la comunidad islámica y más concretamente de carne.
Si la semana pasada se sacrificaban 30 corderos, en el
Matadero de la ciudad, el lunes el matarife preparó más de
80 corderos para posterior reparto a las carnicerías que lo
ponen a la venta y el consiguiente consumo. El triple.
El encargado del Matadero Municipal, Antonio Guerrero, ha
explicado que cada año coincidiendo con el Ramadán el
aumento de sacrificios es espectacular pero que a pesar de
todo la crisis se está notando aunque sea levemente. “No es
algo alarmante pero si vemos una pequeña disminución de
sacrificios respecto a otros años”. No es mucho pero algo ha
bajado a causa de la crisis y de que las familias deben
apretarse el cinturón.
Y un dato: ya no hay sacrificio de bovino, la carne de vaca
llega directamente de la península con sus correspondientes
etiquetas de trazabilidad, al igual que los corderos. Todos
pasan un minucioso análisis sanitario. El matadero sacrifica
machos en su mayoría porque es lo que solicitan los
musulmanos, y jóvenes. La mayoría no han cumplido un año de
vida. “Las ovejas tienen más grasa y gustan menos”, a punta
Guerrero.
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