El estado de M.A., interno de la prisión de Los Rosales, ha
evolucionado de manera desfavorable en las últimas horas,
tanto que los médicos del hospital temen por su vida. Tras
las inspecciones realizadas estos días en la Unidad de
Cuidados Intensivos del Hospital Virgen del Rocío se ha
determinado que el joven marroquí tiene el 25 por ciento de
su cuerpo afectado con quemaduras de tercer grado, algo que
está complicando su supervivencia hasta el punto de que
pueda fallecer.
Los médicos traumatólogos de la Unidad de Cuidados
Intensivos (UCI) del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla
informaron ayer de que el estado de M.A. ha empeorado de
manera alarmante en las últimas horas. El único informe
emitido durante el día de ayer (15.00 horas) indicaba que su
estado era de extrema gravedad. “Tiene el 64 por ciento del
cuerpo quemado y el 25 con quemaduras de tercer grado, es
decir, quemaduras muy profundas, por lo que su estado es de
extrema gravedad”, informó uno de los doctores que ha
atendido al paciente marroquí. “Sigue en la UCI, con
ventilación mecánica, completamente sedado, para evitar el
dolor”, explicaron, ya que puede llegar a ser
“insoportable”.
Según los doctores, tener el 25 por ciento del cuerpo con
quemaduras de tercer grado supone demasiado trastorno para
el cuerpo. “Esto produce un fallo multisistema, ya que están
afectados órganos principales del cuerpo, además de existir
múltiples infecciones y complicaciones en la reposición de
líquidos”, narraron en la información emitida.
“Tenemos que esperar a la evolución, le hemos dado
protección antibiótica en todo momento para combatir las
infecciones, pero, aún así, la situación es muy crítica y se
teme por su vida”, continuaron. “De cualquier modo, la
evolución siempre tiene algo de imprevisible y a eso nos
atenemos”.
A las 15.00 horas de hoy se espera que el servicio médico
del hospital emita un nuevo diagnóstico. Este periódico se
puso en contacto por última vez con el hospital a las 21.00
horas y el estado del paciente no había sufrido cambios de
significación.
Las quemaduras de tercer grado han provocado en el enfermo
un dolor intensísimo, pérdida de piel, tanto subcutánea como
de la propia grasa y musculatura.
El enfermo fue ingresado en el hospital sevillano el pasado
jueves por la noche, después de que hubiera incendiado el
colchón de su celda en el módulo de menores (de 18 a 25
años) de Los Rosales. Allí vivía solo, en situación
preventiva y llevaba desde septiembre del año pasado, cuando
arrojó por la ventana a una persona travestida.
M.A., de 22 años y de nacionalidad marroquí, iba a ser
juzgado próximamente por la justicia española, acusado de
tentativa de homicidio.
Los funcionarios de prisión, alertados por los compañeros de
módulo, consiguieron sacar al joven de su celda, cuando las
llamas ya se habían esparcido por la habitación. En un
primer momento se pensó que el interno hubiera provocado
aquella situación como medida de protesta o para llamar la
atención y negaron la posibilidad de que se tratara de un
suicidio. Ahora, tras cuatro días en la UCI, aquel suceso
puede acabar con su muerte. Sería un trágico final para el
módulo de menores de la prisión.
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