Marchando una de manzana!!. No es
que esta clase de fruta se mi predilecta a la hora de elegir
un postre, pero no dejo de reconocer que es una fruta
apetecible para muchas personas, que encuentran en ella el
postre más exquisito. Además de poder comérsela en su estado
natural, también se puede disfrutar de este postre
sirviéndola al horno con su poquito de azúcar y canela, que
le da un sabor especial. Y, en ocasiones, aunque no sea una
fruta predilecta de algunos, estos no tienen inconveniente
en darle un bocadito a la manzana. Oiga, las cosas como son,
un bocadito saboreando todo su jugo hasta sienta bien.
Y aunque uno piense que esta fruta no es su predilecta, a la
hora de elegir un postre, no deja de reconocer que un
bocadito, como quien dijo para probar, no le sienta mal a
nadie, ni hace daño al estomago. Puesto a darle el bocadito
prefiero las manzanas que venden los puestos de turrón, esas
que son acarameladas. Y es que, se quiera o no, a nadie le
amarga un dulce.
Pero no es, precisamente, de esta manzana usada como postre,
en diferentes versiones, a la que me quiero referir. Mi
dedicación, en este artículo de opinión, va a estar centrada
en la obra que el genial arquitecto, Álvaro Siza, ha
realizado en el mismo corazón de nuestra tierra.
Este genio de la arquitectura, reconocido mundialmente, ha
vuelto a nuestra tierra, hace unos días, para reunirse con
los consejeros Francisco Márquez y Juan Manuel Doncel y
establecer el calendario de actuaciones y coordinar la
repuesta a las necesidades de equipamiento que generarán las
inauguraciones, en los próximos meses, del aparcamiento,
conservatorio y la plaza.
El aparcamiento para 185 plazas se retrasará en su
inauguración hasta octubre o noviembre, en que la empresa,
Amgevicesa, prepare todos los elementos necesarios de las
instalaciones.
La plaza será otra de las partes importantes que se prepare
para su inauguración de forma inminente. El arquitecto
portugués busca árboles de copa ancha para el entorno de la
Manzana, su voluntad es lograr que este espacio público, que
tendrá dos fuentes, sea como una plaza mayor, de paso y
estancia.
Es buena la idea de busca árboles de copa ancha, teniendo en
cuenta como pega el Sol en verano, habrá que buscar una
buena sombra. Ya se sabe que a quien buen árbol se arrima,
buena sombra le cobija. Y serán muchos los que busquen una
buena sombra que les cobije en la Manzana del Revellín. Es
buena una buena sombra, que una mala sombra, porque de
“malas sombras” las tenemos de sobra. Y, precisamente, esta
manzana ha tenido algún que otro “mala sombra” en su
construcción.
Esta plaza central, como ya le hemos comentado, ira rodeada
de un par de fuentes, que junto a la buena arboleda darán
fresco y sombra, sobre todo a los que decidan sentarse a
tomar el fresco en los calurosos días de agosto.
Y que fresquita va el agua del avellano, cantaba Antonio
Molina. Igual algunos imitando al extraordinario cantaor
malagueño, mirando fijamente a la Manzana, le da por cantar
aquello que dice: “¡Ay! que te voy a comer”. ¡Será por
pegarle un bocado a la Manzana!.
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