Gerardo Pizones, piloto ceutí de motos ‘off road’ se ha
alzado con el título de campeón de Andalucía en cuatro
ocasiones, culminando así una trayectoria de diez años de
competiciones en un deporte de riesgo que le apasiona, como
él mismo reconoce, por la adrenalina que se libera. No ha
elegido una modalidad fácil de deporte, ya que se enfrenta
constantemente a pruebas de gran dificultad. Largos
recorridos contra reloj en campos desérticos, poblados por
piedras y rocas que dificultan su trabajo, con saltos y
desniveles que ponen en riesgo su integridad. En varias
ocasiones se ‘ha roto’ alguna pieza del cuerpo, pero siempre
se recupera para continuar con un deporte que le apasiona y
eso se nota en esta entrevista.
Pregunta.- ¿Cuándo comienza la historia como piloto de
motocicletas?
Respuesta.- La competición en serio fue desde el año 2000,
aunque desde 1996 ya empecé a participar en algunas carreras
sueltas, sin realizar temporadas, más bien para probar y
conocer cómo era este mundo tan apasionante. Mi primera
participación en serio, en el 2000, fue en el campeonato de
Andalucía, con una KTM de 250 centímetros cúbicos y motor de
dos tiempos. Fue en la categoría Junior, y con la edad pasé
a Senior B y actualmente estoy en la Senior C.
P.- ¿Cómo y por qué nace esa inquietud de competir con moto?
R.- Desde muy pequeñito tuve moto y siempre había querido
correr en moto, pero con las circunstancias de Ceuta, a mis
padres les daba miedo que yo tuviese moto y más que
compitiese con ella. Me compré una enduro en el 92 y desde
entonces aumentó la afición por las ruedas de tacos.
P.- Precisamente usted se ha inclinado siempre por
participar en competiciones fuera de asfalto, en lo que se
denomina ‘off road’, ¿verdad?
R.- Sí, es lo que más me gusta. Es menos peligroso que
correr en circuito y velocidad. Empecé con una XR600
haciendo pruebas de enduro y alguna carrera en Marruecos.
Así estuve hasta que empezaron a salir modelos más
competitivos y yo empecé a buscar algo más aventurero que ir
a dar paseos por el campo simplemente.
P.- ¿Le queda algún recuerdo de su primera carrera oficial?
R.- En la temporada 1995-96 hicimos un equipo en Ceuta y nos
fuimos a correr una prueba que era de enduro por autonomías
en Granada y quedamos entre los seis primeros.
P.- Cuando se vio por primera vez en una línea de salida,
¿qué sintió?
R.- Todo era muy complicado en ese momento. De dar paseos
por el campo pasaba a competir con muchos otros pilotos. Ese
primer día no llegué a finalizar a tiempo la carrera, pero
en el día siguiente sí lo hice y me quedé muy contento.
Desde entonces, las he acabado casi todas.
P.- ¿Por qué motivo no se acaba una carrera? ¿Por avería,
accidente, agotamiento...?
R.- Lo más común es que los tiempos no salen bien y se
llegue al punto de final fuera de crono. También se puede
romper la moto o el piloto. Que también me he roto algunas
‘piezas’ del cuerpo.
P.- ¿Le ha ayudado el hecho de tener una empresa que
comercializa motos?
R.- Sí me ha ayudado. Compagino mi deporte y mi trabajo. El
negocio está orientado a las motos porque me gustan. Tenga
en cuenta que el comercio original era de mi padre y no
estaba destinado a las motocicletas. Se ha mezclado pasión y
trabajo.
P.- ¿Con qué edad se sube por primera vez a una moto?
R.- Tendría seis o siete años. Fue en una Honda QR50, mi
primera moto.
P.- ¿Y qué tal aquella experiencia?
R.- Inolvidable, será la moto que más recordaré. Es la
sensación de subirte por primera vez, todo es nuevo, sentir
la libertad que ofrece...
P.- O sea, que tiene pasión por las dos ruedas casi desde
siempre, ¿no?
R.- Sí, y además también he participado en algunas pruebas
de ciclismo, también en campo. Me gustan los deportes de
riesgo.
P.- ¿Por algún motivo en especial?
R.- No lo sé, supongo que será por la descarga de adrenalina
que producen.
P.- ¿Hay más gente como usted en Ceuta?
R.- Sí, pero no se deciden a dar el paso para entrar en la
competición, pero hay mucha gente que disfruta de las motos.
Eso, a pesar de que aquí en Ceuta nos ponen muchos problemas
para poder hacerlo. Y no tenemos un sitio adecuado.
P.- A pesar de todo, hay que recordar que hace algunos años
se realizaron en Ceuta dos pruebas de enduro. ¿Estuvo usted
allí?
R.- Sí. En la primera ocasión, cuando iba primero de la
clasificación se me partió la palanca de cambios y tuve que
retirarme. En la segunda vez, me caí en la primera vuelta y
me partí un tobillo. Sabía que estaba roto pero me apreté la
bota y me subí a la moto. Después de remontar durante toda
la carrera conseguí acabar el segundo. Recogí el trofeo con
muletas. Mientras el cuerpo aguante, aunque salga maltrecho,
no tiraré la toalla.
P.- ¿Necesita algún entrenamiento especial?
R.- Exige mucho. Llega un momento del año que acabas
achicharrado. Tengo que entrenar en moto un par de veces por
semana, a lo que se suma asistir a un gimnasio para
mantenerme en forma. Y además hay que dedicar horas al
mantenimiento de la moto y probar distintas opciones para la
carrera.
P.- ¿Hace usted el mantenimiento personalmente?
R.- Sí, porque hay que tener en cuenta que en las carreras
no se permite la asistencia de mecánicos en las motocicletas
que participan, por lo que hay que conocer la forma de
reparar casi todo. Un buen piloto de enduro tiene que ser un
poco mecánico.
P.- ¿Dónde porta las herramientas en carrera?
R.- Llevo una pequeña riñonera con herramientas básicas,
además de repuestos de algunas de las piezas más expuestas a
rotura como manetas, palanca de cambio, pedal de freno,
bujías, cable de embrague o freno. Cosas para pequeñas
reparaciones para salir del paso. Si se rompe un cilindro,
por ejemplo, ya no hay nada que hacer.
P.- ¿Alguna vez ha tenido que ponerse a reparar la moto en
medio del campo con los demás pilotos pasando de largo?
R.- Algo así. Por ejemplo, en una ocasión se rompió la bomba
hidráulica del embrague y llegué fuera de tiempo, con el
parque cerrado. Después de cada carrera hay un periodo de
quince minutos en el que los pilotos tenemos para preparar
la moto para la siguiente etapa. En este cuarto de hora tuve
que cambiar el aceite del motor y la bomba de embrague.
P.- ¿Cuántas veces compite en una temporada completa?
R.- Si se trata del campeonato de Andalucía son ocho pruebas
de enduro y otras ocho de cross country, aunque también
participo dos o tres veces en el campeonato de España.
Aparte de eso, en verano hago enduro indoor y dirt track,
que es dar vueltas en un óvalo de tierra sin freno en la
rueda delantera y con neumáticos lisos de carretera. Y en
este verano también estoy montando en moto de agua, en super
jet.
P.- ¿También se va a lanzar en el medio acuático?
R.- Por el momento, no, pero eso no quiere decir que el año
que viene o más adelante me anime y pruebe suerte también
con las motos de agua.
P.- ¿Pertenece a algún club en Ceuta o participa por libre?
R.- Voy por libre. Apenas tengo patrocinadores. Cuento con
ayuda del Gimnasio Ateneo y de Abogados Izquierdo y Martín,
y mi propio negocio.
P.- ¿Cuánto dinero cuesta competir?
R.- Mucho, porque conforme vas subiendo de nivel, quieres un
poco más. Cuando empiezas, por ejemplo, las ruedas las
aguantas hasta que llegan a la lona. Ahora, en cuanto el
taco se queda un poco corto y ya no agarra en la tierra como
tú quieres, los cambias. Así con muchas otras partes de la
moto. Eso y la preparación, que entre el precio de la moto y
lo que hay que modificar se puede llegar a 20.000 euros.
P.- ¿Necesita una moto nueva cada temporada?
R.- La moto aguanta, pero prefiero comenzar con una nueva,
dentro de las posibilidades. La pongo en venta y yo pago la
diferencia para la nueva.
P.- ¿Cómo se decide para cambiar de moto?
R.- Estoy muy al día en cuanto a información. Cuando ya sé
lo que quiero, pido la moto y me dedico a su preparación.
Compito con KTM porque es la marca más fiable, ligero,
potente y barato de mantener.
P.- Sé que usted tiene pensado ampliar horizontes en este
deporte. ¿Cómo va el proyecto?
R.- Pues bien, este año he estado participando también en el
campeonato nacional con la finalidad de obtener suficientes
puntos para poder entrar en el equipo que asistirá al
próximo mundial de enduro. Lo he conseguido, y en ello ha
servido de ayuda mi curriculum de bicampeón de Andalucía en
cross country y bicampeón también de enduro.
P.- ¿En qué consiste ese mundial?
R.- Dura seis días de competición con una media de 240
kilómetros de recorrido a lo que hay que sumar dos pruebas
especiales más. El último día, la prueba tendrá un recorrido
cronometrado de 80 kilómetros y una carrera de motocross.
Tienes que aguantar seis días tú solo sobre tu moto,
reparándola tú mismo dentro de las posibilidades y el poco
tiempo que te dejan para ello. Lo peor será cambiar los
neumáticos, porque se tiene que hacer de forma manual.
Tendrá lugar en Portugal dentro de un par de meses.
P.- Tiene pinta de ser muy difícil.
R.- Es una prueba de rapidez y resistencia. Se trata de seis
días recorriendo caminos de tierra estrechos llenos de
dificultades y saltos. Va a ser determinante poder terminar
a tiempo las etapas porque se esperan entre trescientos y
cuatrocientos participantes. Me conformo con terminar la
prueba.
P.- ¿Cuántos kilómetros lleva recorridos, aproximadamente?
R.- Teniendo en cuenta que tengo que entrenar unas dos veces
por semana, a lo que se suman los de las pruebas, y los años
que llevo dedicado a esto, podría decirse que más de setenta
mil kilómetros en cuanto a relacionados con la competición.
P.- ¿Cuánto le cuesta asistir al mundial?
R.- De entrada, 590 euros de cuota de inscripción. Hay que
sumar otros casi seiscientos de la licencia internacional de
piloto. También tengo que contratar asistencia en Portugal,
que son otros mil euros. Desplazamiento hasta Figueiras y
diez días de hospedaje, otros mil quinientos euros. También
necesito una moto nueva, porque la actual tiene ya un año y
no puedo arriesgarme a quedarme en mitad del camino. Y para
remate, el material que gaste allí: neumáticos y otras
piezas que se desgastarán.
P.- ¿Algún patrocinio para esta prueba?
R.- De momento, ninguno. Si alguna empresa o entidad se
anima y me quiere ayudar un poco a cambio de publicidad...
P.- ¿Con qué animo se enfrenta a ello?
R.- Bastante animado, pero sabiendo la dificultad que
encontraré. Que 250 kilómetros cada día no es ir a comprar
tabaco.
P.- ¿Le veremos algún día en un rally?
R.- ¿El Dakar? Es un sueño para todo motorista. Queda para
el futuro.
P.- ¿Cómo lleva su famila esto de jugarse el tipo en cada
prueba?
R.- Mi mujer me acompaña siempre, pero mis padres se
preocupan bastante. Ellos solamente han venido a verme en
una ocasión.
P.- Con las ocasiones que ha terminado lesionado, ¿cómo
reaccionaron?
R.- Suelo esperar a contarlo cuando regreso a casa y me ven
que estoy entero, con alguna ‘reparación’, pero enterito.
Delante de ellos es cuando cuento si me he caído o me ha
ocurrido algo. Me suelen decir que cuelgue las botas, pero
es algo que llevo dentro.
P.- ¿Se ve usted algún día sin montar en moto?
R.- Sin competir puede pasar, pero sin moto, no.
P.- Para acabar, ¿tiene a mano alguna curiosidad?
R.- Bueno, una entre muchas, una vez que competía en el
campeonato andaluz bajo una lluvia bastante fuerte, las
motos lanzaban mucho barro. Cuando las gafas se me quedaron
tan llenas de barro que me impedían ver, me las quité. Pero,
claro, el barro seguía llegando y se me metía en los ojos.
Acabé la carrera sin ver, tanto que me tuvieron que llevar a
la ambulancia de asistencia y allí me lavaron los ojos. La
consecuencia fue que me dañé un poco las córneas. Y como
carrera con la mejor victoria, podría contar una reciente,
en Osuna, que nada más darse la salida la moto no tira y
pierdo un minuto en poder arrancar. Después de dos vueltas
consigo remontar y colocarme primero en la clasificación.
Después entra agua al cruzar un río y se vuelve a estropear
y me pasan todos de nuevo. Después estuve recuperando de
nuevo durante dos horas y media. En la última vuelta consigo
adelantar al que iba segundo y obtuve el trofeo de ganador.
Le deseamos suerte en el próximo mundial, y que encuentre
algún patrocinador para esta aventura.
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