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OPINIÓN - SÁBADO, 15 DE AGOSTO DE 2009

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Un viaje trágico
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Es lo que suele darse con demasiada frecuencia entre aquellos desheredados que, de una forma o de otra, tratan de salvar su situación de miseria, en busca de “ el dorado” que, en escasas ocasiones, logran alcanzar.

En esta ocasión ha vuelto a ocurrir, en uno de esos transportes que no llegan a ninguna parte, y en el que un indocumentado, posiblemente marroquí, - lo de menos es la nacionalidad – y lo importante es que un hombre, que, con toda seguridad, trataba de lograr la otra orilla, no lo ha podido conseguir, el menos con vida.

El indocumentado iba oculto en un camión que había partido de Ceuta y la Guardia Civil del Algeciras lo encontró en el control de la zona portuaria.

Este indocumentado tuvo peor suerte que otros dos “compañeros de viaje” que al abrir el conductor, a instancias de los agentes, las puertas del camión saltaron del mismo y se escaparon de la propia policía.

Hace muy pocos días, al finalizar la feria, en la denominada Operación Feriante, los controles fueron muy rigurosos, el dispositivo preparado logró interceptar, sin salir de Ceuta, a personas que intentaban pasar a la otra orilla ilegalmente.

Ahora, posiblemente, los controles no habían sido tan exhaustivos, pero sin embargo, antes de que el barco de Acciona llegara a Algeciras, barco en el que iban esos indocumentados, la Policía Nacional dio aviso a la Guardia Civil de la posibilidad de que algunos inmigrantes viajaran ocultos entre la carga del camión.

Y aquí surge una cuestión que me agrada muy poco, y es que si en el control ha pasado desapercibida la presencia de estos indocumentados para la Guardia Civil, cómo es que tras haber salido del Puerto de Ceuta el barco sabe la Policía Nacional que en tal camión, viajan, posiblemente, estos indocumentados.

La Policía Nacional cumplió con su misión advirtiendo de “esos posibles viajeros”, la Guardia Civil hizo su trabajo en el Puerto de Algeciras, y lo más lamentable es que, tal vez, alguien que “programó” el viaje, tras cobrar su recompensa, avisara a la policía, si es que la avisó.

Una vez más, no es la primera, y presiento que no será la última, los pobres no han tenido la ocasión de morir con tranquilidad y si bien es cierto que los que actúan fuera de la ley se exponen a todo lo malo, no menos cierto es que otros que preparan el camino a estos “desheredados” se quedan tan tranquilos, viviendo como gentes de bien, pero jugando con lo más sagrado que pueden tener las personas, su propia vida.

Hace muy pocos días, repito, al escribir sobre la Operación Feriante, nos alegrábamos del dispositivo montado en Ceuta para el control de los que pudieran aprovecharse de ese movimiento de cacharros y pasar a la Península.

Hoy sigo pensando lo mismo sobre esos controles y lo único que lamento es que en alguno de esos controles no caiga, de verdad, alguien que prepara “ese tipo de mercancías”, que tan caro se paga.

En este caso con la muerte de un hombre, que en principio, hay que pensar que trataba de lograr un lugar al sol mucho mejor, donde pudiera vivir de una forma más cómoda que como estaba viviendo hasta ahora.

Esto es lo que pienso y es lo que debiera atajarse, de una vez por todas.
 

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